Mis mejores deseos para todos mis lectores, que pasen unas felices fiestas, aunque para algunos no lo serán tanto, como es el caso de presidente de comunidad de Santa María Yancuitlalpan, al que señalan algunos de sus vecinos, de haberlos defraudado, pues le entregaron algunas cantidades de dinero a cambio de recibir calentadores solares y resulta que este sujeto se hizo ojo de hormiga y es el día que no les ha dado la cara para devolver el dinero. Ah pero no contaban con la astucia del eternamente comprometido que ni tardo, ni perezoso solucionó el problema y le entregó su respectivo calentador solar a los afectados, y aunque no ha cumplido con resolver el problema del comercio ambulante y de temporada en el centro del pueblo mágico, sí le cumplió a los defraudados.
No sé si será coincidencia, pero dicen que siempre hay un roto para un descocido, o una funda para un cuchillo, y este es el caso porque así como al de Santa María lo acusan de defraudador, tiene un amiguito que lo asesoró para pedir juicio político al eternamente comprometido, y este amiguito al que llaman el furcio reintegro, también está acusado de defraudador, su servidora no cree en las coincidencias, seguro que alguien barrió y juntó la suciedad. Ahí están las pruebas. Aunque mi comadre Alegunda asegura que ahora que le devolvieron el voto a los presidentes de comunidad las cosas se van a poner de a peso en las sesiones de cabildo. Aunque para ser sincera, yo no creo que pase nada, porque si algo tienen estos servidores públicos, es la cara bastante sucia como para ponerse sus moños, la mayoría tienen sus detalles.
Me acabo de enterar que el señor de los compromisos afirma que invertirá otra vez algunos milloncitos para el alumbrado público, ¿pues no ya había invertido quién sabe cuántos millones para mejorar ese servicio?, no le digo, si hay algunos que son vivillos desde chiquillos, ¿verdad julito? Porque si son las lámparas, ahí van algunos melones, si se trata del baile de feria, hay otros melones; si es el pichurriento desfile navideño, hay van otros melones. El caso es que mucho gasto, pero para proyectos bien piratas. Ya nada más falta que le digan a su servidora que los adornos de Mickey Mouse, del árbol de navidad instalado en el parque Juárez, costaron varios miles, porque si es así, que me traigan mis pastillas, porque me va a dar algo.
Fíjese usted que tengo una comadre que vive en el pueblo de Ignacio Zaragoza, allá por donde viven los famosos “coludos”. Y dice que ya no sabe qué hacer porque se van a poner “requetébuenas” las posadas por ese rumbo, ya que habrá sendos bailes sonideros, y diga lo que diga el eternamente comprometido y su fiel escudero tilín, los chavos de esa comunidad no los van a suspender, y mi comadre asegura que el problema no es que los jóvenes bailen, y se arrastren de nailon por las calles, el problema es que beben como desenfrenados, inhalan quien sabe qué cosas como desenfrenados y durante la madrugada muchos de ellos andan con garrotes correteándose unos a otros, como si estuvieran en el tiempo de las cavernas, rompiendo ventanas y dañando autos y a quien se les ponga enfrente. Por lo que mi comadre pide por favor, rogando de rodillas, que la jefa de jefas ya le jale las orejas al señor de los compromisos para que resuelva este problema, porque afirma que nadie se imagina la preocupación que se vive en esa zona por la inseguridad.
