EDITORIAL

De pena ajena la actuación de los presidentes de comunidad de Huamantla, en balde son 39, de ahí que integran uno de los Cabildos más grande del país, pues luego de aparentemente estar ansiosos de que les regresaran el voto, hecho que surtió efecto a partir del pasado 1 de enero, resulta que en la última sesión de Cabildo celebrada el 28 de febrero pasado, de un orden del día que establecía 13 puntos a tratar, entre ellos el tabulador de sueldos y plantilla del personal del ejercicio fiscal 2019, así como la renuncia, propuesta y toma de protesta del nuevo secretario del Ayuntamiento, simplemente todo estaba previamente acordado, toda vez que una vez que se daba lectura a uno de los puntos a tratar, los integrantes casi de manera uniforme levantaban la mano, sin ningún argumento en contra o vago comentario que pusiera entredicho lo establecido en el orden del día.

Quizá esto se debe a las varias reuniones previas que sostuvo el alcalde con los 39 presidentes de comunidad, con quienes tuvo la oportunidad de negociar o “acordar” la distribución de los recursos a sus respectivas comunidades, ya que por cierto éste fue el sexto punto que se abordó en la orden del día de esa sesión.

De este hecho se derivan dos situaciones, una que desde el mes de diciembre no se había llevado a cabo ninguna sesión con lo cual se violentó la ley, que claramente establece que se debe sesionar por lo menos una vez al mes y la otra que los presidentes de comunidad ya ni vergüenza tienen, pues las quejas en sus respectivas comunidades están a la orden del día, si acaso llegan a manifestar alguna inconformidad en Cabildo es porque no les ha llegado de forma puntual su recurso, de lo contrario ni su nombre ni su voz se escucha, más que cuando se hace el pase de lista, qué curioso.

En otro tema, el pasado viernes se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, celebración que sin querer se vuelve polémica debido a su origen, pues surgió a raíz de unas protestas de mujeres obreras a finales del siglo XIX y principios del XX, en un momento de expansión y turbulencias en el mundo industrial, en donde la mujer comenzó a alzar cada vez más su voz. Empero no fue hasta años después, el 25 de marzo de 1911, con la muerte de 146 trabajadoras de una fábrica de Nueva York cuando el dueño cerró con llave las puertas de la empresa que estaba siendo consumida por las llamas, para evitar que las mujeres saquearan la fábrica. Este hecho impulsó al movimiento que buscaba la igualdad de género en el mundo, lo que derivó en uno de los movimientos más fuertes del siglo XXI, el feminista. A partir de esta fecha, las mujeres cada vez se impulsaron más y comenzaron a ganar espacios en un mundo competido entre hombres, pero poco a poco el sexo femenino se impulsó de tal manera que logró que el 8 de marzo de 1975 la ONU declarara esta fecha como Día Internacional de la Mujer.

 

 

Por este motivo, activistas han declarado que este día no es una celebración, sino más bien es recordar a esas mujeres y muchas más quienes a cambio de su vida han pugnado por el respeto a las condiciones laborales, sociales y de género en una sociedad excluyente hacia el sexo femenino.

Desde entonces, puestos importantes son ocupados por mujeres, aunque en esta lucha incansable, siguen existiendo féminas que pierden la vida por su condición de ser mujer. Debido a esta conmemoración, se pudieron conocer datos duros sobre el tema; toda vez que en México cada 160 minutos se comete un feminicidio; de acuerdo al último reporte, tres mil 580 niñas y mujeres son víctimas de violencia y hay 333 solicitudes de declaratoria de alerta de género en 17 estados de emergencia, tal como lo informó la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero.

Tristemente Tlaxcala no ha estado exenta de este mal, toda vez que de acuerdo con Yeny Charrez Carlos, presidenta de la asociación civil “Mujeres con Poder”, en 2018 las organizaciones no gubernamentales registraron 19 feminicidios, pero el gobierno estatal solo tipificó a tres de esos crímenes cometidos en contra de mujeres. Sin embargo en lo que va de este 2019 se han contabilizado cinco, dos en San Pablo del Monte, uno de Acuitlapilco, uno en Calpulalpan y uno en Huamantla.

Aunque el Congreso no puede emitir la Alerta de Género para Tlaxcala, “sí puede hacer visible el problema en materia de violencia de género, desaparición, trata de personas y feminicidios”. De hecho, desde hace un par de semanas, las legisladoras locales iniciaron mesas de trabajo para abordar el tema y presentar propuestas para solicitar al Ejecutivo pueda decretar la Alerta de Género en el Estado y se puedan destinar recursos para prevenir los feminicidios en el estado.

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