José Mauricio y Antonio Magaña salvaron la tarde

  • Capitán Álfaro

Apizaco, Tlax.- Se lidió la tradicional corrida de Feria en Apizaco, Tlaxcala con astados de Magdalena González, los cuales impresionaron por su agradable y majestuosa presencia, siendo aplaudidos a su salida, pero su juego dejó mucho que desear no teniendo codicia, bravura, emotividad y casta.

Jerónimo, en una tarde en la que quedó a deber a la afición, con su primero “Clavelito”, discreto en la brega, intenta un quite que no culmina, solo traza una serie de derechazos y no hay más, discreto con los adornos, no torea por la zurda, con el acero falla y escucha un aviso, al fin acierta y recibe tibios aplausos. Con su segundo “Cantarranas”, breve con el capote y con la muleta acierta con el acero. Silencio.

Eduardo Gallo, con “Retador”, lo brega suavemente, dibuja la verónica y remata con el manguerazo de Villalba, en el quite pinturera la chicuelina y la media verónica artística, con la muleta dibuja el derechazo largo y templado, el natural inmenso, le da su tiempo al astado para que se recupere, la faena continua por derecha e izquierda el cambio de mano es excelente, falla con el acero y solo da la vuelta al ruedo y el astado recibe el “arrastre lento”. Con “Muchachon”abrevia con capote y muleta, debido a la escasa calidad del astado, con el acero tarda en acertar y escucha un aviso.

 

 

José Mauricio, con “Mecha Corta”, templa la verónica, con la muleta solo realiza una faena de lidiador ante la nula calidad el astado, deja un bajonazo. Con el último astado, “Ganador”, el primer tercio se da en forma incierta, teje la faena con la derecha, brilla con la zurda, realiza una estocada recibiendo al astado, que tarda en hacer efecto. Ese astado también recibe el homenaje del arrastre lento y el matador da la vuelta al ruedo.

Cierra plaza, el novillero michoacano Antonio Magaña, con un eral al que dibuja la verónica y las chicuelinas, suelta una punta del capote para rematar, continua trazando caleserinas y una larga afarolada, ese astado se lidió sin picadores, luce con las banderillas, inicia su trasteo de rodillas con ayudados por alto, al levantarse traza emotivos derechazos templados, los estatuarios y el desdén geniales, surgen peticiones de indulto que ignora, en la suerte suprema realiza un estoconazo el astado cae y corta un apéndice.

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