Muy desconcertante resultó otra vez este fin de semana en Tlaxcala, un estado que presume ser uno de los más seguros a nivel nacional. Sin embargo, para quienes vivimos aquí, cada vez lo hacemos con la zozobra de que nos pueda pasar algo, o de que entren a robar a tu casa, o te asalten en la calle, y en el muy peor de los casos, ser objetos de un levantón o secuestro.
Cada vez es más normal que los hechos violentos se registren en la entidad, de ahí la reacción de la ciudadanía, quien busca hacerse justicia por propia mano, antes de entregarlo a una policía que no es confiable. Tal fue el caso del linchamiento de dos hermanos la madrugada del sábado en Tenancingo, un municipio de por sí peligroso y aunque el hecho resulta confuso, la situación es que la población se unió para “castigar” a los probables responsables de un supuesto secuestro.
El caso más cruento fue el hallazgo de un cuerpo desmembrado en Calpulalpan. Este mismo sábado por la noche, un sujeto fue rescatado de ser linchado por habitantes de El Carmen Aztama, en San Luis Teolocholco, luego de ser señalado por presuntamente tratar de robar una casa. Al otro día, en San Miguel Xochitecatitla, municipio de Nativitas, habitantes golpearon y mantuvieron retenido a un presunto ladrón a quien luego de un largo proceso de negociación lograron liberarlo.
Ojalá que las autoridades dejen de calificarlo como casos atípicos y mejor se pongan las pilas y hagan frente a la ola de violencia que cada vez se desata más en Tlaxcala y no permitan que crezca como bola de nieva y llegue el momento que no pueda detenerse.
Qué falta de seriedad y compromiso con la ciudadanía ha mostrado el alcalde de Zitlaltepec, Alejandro Juárez Cajica, puesto que literalmente le ha valido el progreso y buen desarrollo de su municipio. En cambio, se ha dedicado a ventilar sus problemas maritales, el gusto por los buenos lugares y sus múltiples paseos a diferentes lugares turísticos del país.
Puntual resultó el comentario de la diputada María de Rayo Netzáhuatl Ilhuicatzi, presidenta de la Comisión de Finanzas y Fiscalización del Congreso, al expresar que no es sano que una autoridad que no tiene compromiso de transparentar los recursos, ni de rendir cuentas, esté al frente de una institución.
Sin lugar a dudas tiene razón, empero el alcalde salió muy abusado, ya que hábilmente se adelantó a los integrantes del Congreso de Tlaxcala, al solicitar un amparo ante un Juez Federal, para que no sea suspendido de sus funciones, por no entregar las cuentas públicas del ejercicio 2018.
Se rumora en los pasillos del Congreso local que alguien filtró información que le permitió al alcalde actuar de inmediato, de tal manera que el caso debió ser subido a tribuna desde el martes pasado, pero curiosamente fue omitido de entre los varios pendientes del Congreso, bajo el argumento de que no estaba definido el periodo de suspensión, pues algunos congresistas argumentaban que deberían ser seis meses y no dos como originalmente era la propuesta.
Ni tampoco se había establecido si se suspendería todo el ayuntamiento y en su lugar se designaría un Concejo Municipal o bien, sería el primer regidor quien asumiría la función de presidente mientras se llevaba a cabo el proceso de investigación del alcalde Juárez Cajica.
Empero en esa discusión, el hábil edil de Zitlaltepec logró ampararse, por lo que es muy probable que en los próximos días acuda al Congreso a ejercer su derecho de audiencia, como lo establece la Ley. Aunque también es muy probable que haga lo que haga, difícilmente podrá salvarse de la suspensión, ya que la diputada María de Rayo Netzáhuatl ha declarado que la cuenta pública 2018 de Zitlaltepec está reprobada de origen, primero porque no entregó sus estados financieros del último trimestre y se presupone que existe un posible daño patrimonial del 48.74 %, que representa 17 millones 128 mil 432 pesos.
La legisladora externó que es el único Presidente Municipal que está en este caso, y el Congreso tiene seguir un procedimiento y el OFS deberá empezar una investigación y expediente resarcitorio.