Por una pelota de béisbol empecé a perder mi pierna: La historia de Roberto Carlos Sosa Lima

  • La Secretaría del Bienestar Estatal busca transformar la vida de aquellos cuya vida ha sufrido cambios drásticos.

Guadalupe Ortiz

Cuando era un niño de apenas cinco años, Roberto Carlos Sosa Lima disfrutaba de una vida llena de juegos y aventuras como cualquier pequeño de su edad. Sin embargo, un día, una pelota de béisbol cambió su vida para siempre. Mientras jugaba, un fuerte golpe en su tobillo derecho provocó un trauma severo que lo llevó al hospital, donde su pie tuvo que ser amputado.

Originario de la comunidad de San José Tetel, municipio de Yauhquemehcan, Roberto enfrentó múltiples cirugías. En cada operación, los médicos tuvieron que amputar más de su pierna, hasta que finalmente perdió toda la extremidad desde el muslo. “Una pelota de béisbol me impactó en el tobillo derecho, y debido al traumatismo me amputaron el pie. Después de una segunda operación me cortaron debajo de la rodilla, y en la tercera, a la altura del muslo. Así fue como una pelota de béisbol me hizo empezar a perder mi pierna”, narró Roberto.

A pesar del inmenso desafío, Roberto no dejó que su discapacidad definiera su vida. Aprendió a adaptarse con la ayuda de una prótesis, lo que le permitió continuar con sus actividades diarias de manera relativamente normal. Sin embargo, hace poco, su prótesis se estrelló, lo que le causó dolor e inflamación al caminar. Desafortunadamente, el costo de una nueva prótesis estaba fuera de su alcance financiero.

Fue entonces cuando un amigo le recomendó acercarse a la Secretaría de Bienestar del Estado de Tlaxcala, donde fue ingresado al programa de “Ayudas Funcionales para Personas con Discapacidad”. Este programa le proporcionó terapia y, finalmente, una nueva prótesis de manera gratuita. Roberto expresó su gratitud: “Mi proceso duró seis meses, viniendo a terapias los lunes y los viernes, y finalmente obtuve mi prótesis nueva. Me cambió la vida. Ahora puedo continuar con mis actividades cotidianas sin dolor ni lesiones”.

Con su nueva prótesis, Roberto ha recuperado su movilidad y la confianza para seguir adelante. Hoy en día, puede desplazarse sin problemas, manejar, salir a la calle y llevar una vida activa junto a su familia. Para él, la prótesis no es simplemente un dispositivo ajeno a su cuerpo, sino una extensión de sí mismo que le permite vivir plenamente. “Cuando voy manejando o haciendo alguna actividad, me olvido de que tengo una prótesis. Es como parte de mi organismo, todo se siente normal”, comentó.

Roberto también reconoció el apoyo incondicional de su familia, especialmente de su esposa e hijos, quienes han estado a su lado en cada paso del camino. “Tengo dos hijos maravillosos y una esposa que siempre ha estado detrás de mí, apoyándome tanto moral como económicamente. Estoy muy agradecido por todo el apoyo que he recibido de mi familia y amigos”.

Finalmente, Roberto Carlos hizo una invitación a las personas que, como él, enfrentan una situación de discapacidad. Les animó a acercarse a la Secretaría de Bienestar Estatal, presidida por Fernanda Espinosa de los Monteros Cuéllar y dirigida por María Estela Álvarez Corona, para que puedan ser canalizados a los programas de apoyo. “Que se acerquen con confianza. Aquí en la Secretaría de Bienestar son muy amables y brindan el apoyo necesario para que podamos llevar una vida normal. Gracias a ellos, he recuperado mi independencia y estoy lleno de energía para seguir adelante”.

Roberto Carlos Sosa Lima es un ejemplo de cómo, con el apoyo adecuado, las personas con discapacidad pueden superar obstáculos y continuar con sus vidas de manera plena y activa.

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