Vivimos en un pueblo mágico sin Ley

  • Pueblerina Mágica

Según las autoridades sanitarias estamos entrando en un rebrote de covid-19, pero esto no le importó en lo más mínimo a la gente del pueblo mágico que llenó las calles del centro de la ciudad para contagiarse mientras hacía las compras para las ofrendas, y es que en el tianguis de temporada lo mismo usted saludaba a la familia que a los amigos y a los vendedores sin cubrebocas, quienes tosiendo y limpiándose las narices con las manos, despachaban las manzanas y los plátanos, ah pero eso sí, colocaron una lona en el andador San Luis en la que decían que se respetaban las medidas de salud. Sí, como no. Así que si en unos días usted empieza con síntomas después de haberse apoltronado en el tan defendido tianguis de temporada, no se queje si se pone mal, porque bajo advertencia no hay engaño.

Además de que quienes hicieron un gran coraje fueron los comerciante establecidos, los que sí pagan impuestos, los que deberían estar amparador por la Ley, pues con la instalación del comercio de temporada y la pandemia han crecido sus pérdidas, además de que es evidente que al seriamente comprometido solo le importa el dinero por encima de la salud de quienes lo eligieron, y por si fuera poco queda totalmente comprobado su incompetencia para aplicar el decreto que establece  que estamos en emergencia sanitaria que ha cobrado la vida de más de 90 mil personas en todo México.

Por cierto, ya que hablamos de engaños, fíjese usted que resulta muy, pero muy extraño, que jamás de los jamases la policía municipal se haya dado cuenta que en algunos comercios cateados hace unos días por la Guardia Nacional, se vendía mercancía robada. ¿Que no se supone que los policías municipales recorren las calles y mantienen vigilancia en todo el pueblo mágico?, por lo que hay quien dice que algunos tecolotes tal vez estén coludidos con los “rastrillos”, mientras el coordinador de seguridad se pasea en su Jetta azul marino por las calles, sin chistar ante todos los delitos que diariamente se cometen, pues mientras pasen la cuota no importa que los ciudadanos sufran las consecuencias.

Continuando con las burlas a los ciudadanos, fíjese usted que durante una comida a la que me invitó mi comadre Alegunda en la Hacienda Soltepec, me enteré que la empresa que está cobrando más de dos millones de pesos por la remodelación de la plaza de toros del pueblo mágico, resulta que pertenece a la familia del inútil diputado y torero de Apizaco de nombre Rafita, y que de pura casualidad era parte de la comisión de juicio político que iba a juzgar al seriamente infiel, por lo que al enterarme  puse el grito en el cielo, pero en ese momento llegó un grupo de turistas alemanes que querían probar el pulque y la barbacoa de la Escondida, por lo que tuve que callarme y seguir escuchando a mi comadre. Según ella, se enteró de esto porque uno de los criados de la jefa de jefas andaba borracho y se le salió esta historia. ¿Qué le parece a usted?

Tan entradas estábamos en la plática mi comadre y yo, que no nos dábamos cuenta que en ese momento estaba llegando al restaurante otra amiga a la que invitamos, muy conocida en el pueblo mágico, porque lo tengo que reconocer, sigue siendo muy guapa y aunque no nos veíamos desde su boda me dio gusto verla de nuevo. En fin, el caso es que nos contó qué hay un empresario del pueblo mágico que ha sido muy beneficiado por el seriamente comprometido con obras bastante caras, y es porque este empresario mantiene muy buena relación gracias a que fueron compañeros en la prepa, etapa en la que el seriamente comprometido todavía era decente y formaba parte de la congregación franciscana, mientas su hermanito, el que por cierto sí es una buena persona, daba clases. El caso es que la vida pasa, las cosas cambian, y nadie sabe para quién trabaja. Por cierto, cuentan que ese empresario se robaba la arena de la barranca de San Lucas, antes de que tuviera propiedades por todos lados.

Fíjese usted que mi comadre Gretel me confió que muchos de los visitantes al museo de sitio del pueblo mágico, dejan en el libro de registro mensajes en los que dicen qué les pareció la ciudad o el museo, y en algunos casos han dejado plasmado que las catrinas que colocaron en las puertas del palacio municipal están muy mal hechas, así lo describieron los visitantes y no es por intrigar, pero tienen razón, pero como en el área de turismo que es en donde se les ocurrió esa brillante idea, ahora en la conmemoración de días de muertos no se puede hacer nada, porque esta oficina solo ha servido para amontonar a los amigos de la jefa de jefas, por lo que no se le puede pedir peras al olmo.

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