- Sergio Espinoza Foto: informativoPC
Poco después de las 10:15 de la noche de este lunes a pesar del frio decembrino que comenzaba a sentirse, pobladores de San Lucas Cuauhtelulpan en Tlaxcala, entre vítores y gritos de “si se pudo”, “fuera corruptos”, “fuera las ratas” atestiguaron el cierre temporal de las instalaciones de la presidencia de comunidad encabezada por Gustavo Amador Castillo.
A quién a partir de las 5 de la tarde y al haber una considerable respuesta de lugareños a la convocatoria de Asamblea, vecinos de los 4 barrios que integran la localidad, además de exigirle resolver la problemática de desabasto del suministro de agua que incluso afecta ya su economía por la compra de pipas.
Los vecinos que sumaban varias decenas de paso, le exigieron al representante popular se atienda la marcada inseguridad que reprocharon se ha adueñado de la comunidad perteneciente a la capital, donde también hacen falta iluminación en las calles.
Es más los inconformes, sacaron a colación el tema del panteón de la comunidad, que según su versión Amador Castillo está vendiendo los lotes a personas ajenas a la comunidad y no hay claridad del destino que ha tenido lo recaudado; por lo que se comenzó con la petición generalizada de su “renuncia” y para lo cual fueron puesta sobre una mesa hijas blancas para la recolección de firmas y nombres.
Entrando a una situación de petición generalizada de que Gustavo Amafor dejara el cargo al que todavía le restan poco más de dos años de forma inmediata, por lo que se desarrolló una reunión a puerta cerrada con una comisión, con la que se diálogo por varias horas y se resolvió que el todavía presidente de comunidad pidiera licencia por tiempo indefinido.
A lo que no obstante de prometer dar un informe detallado de lo exigido, Gustavo Amador accedió al filo de las 9 y media de la noche, cuando los pobladores negaron -con bloque a la rampa- la salida a una mujer y un trabajador de la comuna, que pretendían llevarse dos vehículos y luego sus efectos personales que estaban en su bolsa de mano, por sospechas de posible extracción de documentación.
Ya para cumplirse las 10 de la noche, tras la lectura del docuento exigido por largo rato que contenía la firma y sello