¿Dónde está el Regidor de seguridad?

Fíjese usted que después de que en el pueblo mágico han sucedido algunos hechos sangrientos, el señor de los compromisos jura y perjura que enfrentará a la delincuencia para acabar con ella, sin embargo muchas mujeres nos preguntamos ¿cómo lo hará? si no hay policías comprometidos. De los 120 tecolotes que vigilan el pueblo mágico de más de 100 mil habitantes, si acaso habrá unos 5 o 6 que sí trabajan y que no se dejan corromper, pero la mayoría nada más no sirven para esta chamba. Mi comadre Lauris me contó que aunque la convocatoria para pertenecer a la policía municipal sigue abierta desde hace más de año y medio, nadie quiere pertenecer a esta agrupación no por el salario, ni porque estén mal las prestaciones, sino porque el riesgo y el descrédito es muy grande, por lo que nadie en su sano juicio quiere chambear de policleto.

Los que de plano se volaron la barda son los refingidores que según ellos cada mes entregan un informe detallado de sus acciones y actividades en favor de los ciudadanos, ahí si quiero decirle que su servidora no se chupa el dedo, porque no les creo nada a estos señores que son una verdadera vergüenza, porque nadie absolutamente nadie ha visto los cambios, que tanto pregonan estos mercachifles de la política local.

Me pregunta mi comadre Gonzala que si tengo pruebas de que los refingidores no hacen nada, y yo le respondo que tan solo en materia de seguridad, son dos años y nadie sabe cuáles han sido las propuestas del regidor de seguridad, Refugio Flores Trinidad, por cierto representante del PRD, para bajar el índice delictivo. Por lo menos debería hacer como que trabaja, porque el asesinato de dos jóvenes, uno en el barrio de San Sebastián el primer día de este año y otro en el Pueblo de Jesús la semana pasada, demuestran que no hay acciones que atiendan este tipo de problemas tan delicados. Vemos cómo se compran y se entregan patrullas, pero muchos ciudadanos del pueblo mágico se preguntan ¿dónde diablos se meten los policías que nadie los ve recorriendo las comunidades? El seriamente comprometido siempre dice que los ciudadanos deben apoyar a la autoridad denunciando, y eso es verdad, pero que la policía municipal, también haga algo, porque no es necesario hacer estudios concienzudos para darse cuenta que si algo está fallando, es la seguridad. Si estoy equivocada entonces por qué hay robo de autos, asaltos y homicidios.

Los policías municipales saben dónde se ocultan los delincuentes, saben cuáles son las zonas con más problemas del pueblo mágico, saben cuáles son las comunidades, barrios y domicilios donde se vende mercancía robada y donde hay narco menudeo y no hacen absolutamente nada. Solo observan. Ponen de pretexto que no hay denuncia, que no hay policías, que debe haber flagrancia para detener a un delincuente y miles de tonterías más, que lo único que demuestran es que no hacen su trabajo.

Cuenta mi comadre Francisca que, quien desairó al seriamente comprometido, fue el primer refingidor de apellido Zamora Ríos, quien nada más no acudió al segundo informe del señor de los tres millones de compromisos. Mi comadre pancha como le digo de cariño, también me contó que los aplausos durante el segundo informe ya estaban preparados, pues a través de mensajes de texto, todos los que asistieron, que por cierto eran empleados del ayuntamiento, recibían indicaciones de cuándo y en qué momento aplaudir las palabras del seriamente comprometido, nada más para se dé un quemón de cómo se cuecen las habas en el palacio municipal.

Por ultimo solo quiero decirle a usted que me sigue, que si tiene hijos, los cuide muchísimo y no deje que sean presas de las redes sociales es más, quíteles el maldito teléfono celular, porque un menor de edad no debe tener este tipo de aparatos que solo le desgracian la vida a las personas, aunque muchos digan que son necesarios por aquello de la comunicación. No. Usted lo que debe de hacer, es estar pendiente de sus hijos y evitar que delincuentes a través de las “benditas redes sociales”, como las llama el pejelagarto, se aprovechen de la ingenuidad de los menores para corromperlos, abusar de ellos o convertirlos en víctimas de delitos que se pueden prevenir y evitar si usted está atento a lo que hacen, dicen y piensan sus hijos.

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