Acoso sexual en los espacios públicos; una verdadera pesadilla para las mujeres

  • Maria Eugenia Cruz

En la vida actual, cada día se hace más complicado caminar con confianza en las calles; bueno, no sólo en las calles, sino en diversos espacios públicos donde la movilidad para las mujeres se ve más afectada y vulnerable todos los días.

El miedo a transitar y encontrarse en esos lugares a hombres, que lejos de que te hagan sentir segura, te encuentras con sus palabras y comentarios que se van transformando en piropos y miradas lascivas, de ahí, en palabras altisonantes. Y a decir verdad; para algunos de ellos parecería el inicio de una conquista, sin embargo, para nosotras las mujeres se convierte en una verdadera pesadilla.

En México, al igual que en otros países en el mundo, se han realizado estudios que demuestran que las mujeres se sienten inseguras en el transporte público, en las calles, en los parques, y por tanto, la mayoría de sus experiencias terminan generando miedo en algún momento de su vida.

En ciudades con mayor tránsito y movilidad urbana, donde el mayor porcentaje demuestra que las mujeres no se sienten seguras, se han adaptado para su uso exclusivo, vagones especiales del metro, taxis de un color, transporte privado. ¿Y tú crees que eso sería la solución? Pues no, lamentablemente no, lo correcto sería que todos los hombres sean nuestros aliados y nos respeten sin tener que sentir temor o miedo hacia ellos.

Ante esta situación, en ocasiones tenemos que cambiarnos de lugar, pasarnos a la otra acera para evitarlos; a esos hombres se les olvida, que ellos tienen en su vida a una mujer que puede ser su mamá, hermana, esposa, hija, sobrina o su propia abuela. ¿Y entonces? Estos que se dicen hombres “conquistadores” de calle, no se imaginan que en ese momento hay otro hombre que al igual que él le está faltando el respeto a alguien de ellas que es de su familia.

Es importante por ello conocer que el acoso sexual en los espacios públicos, es toda aquella conducta física o verbal realizada por una o varias personas en contra de una u otra persona, quienes no desean o rechazan este tipo de conductas por considerar que dañan su dignidad, sus derechos fundamentales, su libertad y el libre tránsito de niñas y mujeres.

Ante estos conceptos básicos, nunca se debe permitir que ninguna mujer se vea intimidada, humillada, ofendida y por lo tanto no estás obligada a escuchar comentarios e insinuaciones sexuales que te incomoden, mucho menos tocamientos o roces corporales, entre otros.

El miedo, es una de las primeras reacciones que detectan algunos de nuestros agresores sexuales; por tanto, lo más recomendable es mostrar seguridad y no bajar la mirada, si te ves expuesta en un hecho como este, lo que te aconsejamos es que en ese momento le digas a alguien y grites. ¡Nunca te quedes callada! Recuerda que hoy eres tú y mañana será otra.

El acoso sexual que viven las mujeres a diario en el ámbito público, se cataloga actualmente como violencia contra las mujeres, el cual afecta su integridad y dignidad y que desafortunadamente muchas veces no saben como enfrentarlo.

Este ejemplo te será muy común, (bajo excepción de la Pandemia), las mujeres reportaron en un estudio, que son ellas quienes presentan mayores desplazamientos durante el día, porque van al trabajo, en su caso llevan a las hijas(os) a la escuela, van de compras, acuden al gimnasio, sin embargo; los hombres casi siempre permanecen en el mismo lugar, por lo tanto ellas se ven más expuestas ante este acoso.

Esta realidad reduce la confianza en la libertad de su movilidad pública, lo que se ha visto afectada en el acceso a servicios esenciales y muchas veces no disfrute de oportunidades y eventos de esparcimiento.

Gracias a la visibilidad de este hecho, en algunos estados del país, el acoso sexual se ha tipificado ya como un delito, por lo que pone de manifiesto que toda mujer no puede y no debe quedarse callada; y si ese acoso se agrava, inmediatamente debe denunciar a su agresor.

Nunca permitas que nadie te falte al respeto. EL respeto comienza con uno misma, lo que te recomendamos es que nunca muestres miedo ante una situación como esta, el miedo lo ve y lo huele tu agresor a metros de distancia, por lo que no permitas y aceptes palabras que te incomoden y dañen tu dignidad.

Palabras como: “Mamacita”, “Los ángeles bajaron del cielo” “Así me la recetó el doctor” entre otras frases, eso se llama “ACOSO” y no debes permitirlo. Busca siempre ayuda y plática lo que te está sucediendo con alguien de tu confianza.

¡Recuerda, no tengas miedo! Quedarte callada le da más poder al agresor.

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