- María Eugenia Cruz Vargas
Los efectos que se vivieron durante el 2020 han dejado graves secuelas para mucha gente, principalmente quienes perdieron familiares, amistades, compañeras y compañeros de trabajo, entre otros.
Ha sido tan doloroso cerrar el año con muchas heridas que hicieron perder la esperanza; sin embargo tenemos vida y debemos dar gracias por ello.
La fe, la oración y la confianza fueron y serán la fortaleza para salir adelante; la pandemia vino a tocar nuestros corazones y a darnos la oportunidad de reconstruirnos para mejorar nuestra vida en muchos aspectos, este confinamiento no ha sido nada fácil para muchos, algo bueno nos ha dejado en nuestros pensamientos, en nuestras acciones, en nuestra forma de vivir y de sentir.
Quedarse en casa representó desesperación, dolor, estrés, angustia, desempleo, falta de fe y esperanza, por ello, los invito a seguir orando por el mundo, esto aún no termina y mientras eso sucede pensemos que vamos a hacer cuando regresemos a nuestra vida normal, el mundo nos espera y entonces que estamos dispuestos a hacer por la gente que nos necesita.
Debemos valorar a nuestra familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, mascotas, nuestro medio ambiente, los alimentos y todo lo que tenemos para ser mejores personas y mejores seres humanos.
No se trata de olvidar un año que termina, sino de haber cambiado todo lo negativo que somos en nuestras vidas, se trata hoy de dar lo mejor de nosotros mismos; necesitamos de seres humanos que ayuden a las personas en situación de calle, a los adultos mayores abandonados, niñas y niños maltratados, etc.
Para este año que comienza debemos pedir que nuestros corazones se transformen con acciones positivas, hagamos propuestas, proyectos y promesas que de verdad estamos dispuestas(os) a cumplir pues el mundo necesita de ti, de mi, de nosotros.
Sé que para muchas(os) el 2020 será un año que nunca quisieran recordar, pero veamos y rescatamos todo lo bueno que vino a cambiar en nuestras vidas y con ello darnos fuerza, fortaleza y esperanza de que juntas y juntos reconstruiremos nuestro bello México.
La vida nos ha enseñado a no planear tanto, por el contrario, nos ha dejado el aprendizaje de vivirla como si fuera el último día; ama, respeta, quiere, apoya, ayuda a quien te necesite, no sabemos si esa persona volverá a estar contigo el día de mañana.
La esperanza, los proyectos y los nuevos retos deberán vivirse con la misma intensidad tal y como los pensaste, no dejes de pedir perdón a quienes lastimaste, no olvides ofrecer una disculpa por tus imprudencias y errores, decir un lo siento si te equivocaste eso alimentará el corazón de tantas y tantos que sin querer heriste.
Ayudemos a que este maravilloso país cambie, no a la corrupción, no a la violencia contra las mujeres y las niñas, no a la injusticia, no al aborto, no al homicidio, no a la intolerancia, no al maltrato animal, no más contaminación, no al maltrato de niñas, niños y adolescentes, no al abandono de las y los adultos mayores, no desperdicies el agua, no tires la comida, no tires basura.
Agradezco a todas y todos quienes me han seguido a través de tantas historias durante esta pandemia, mis mejores deseos para ustedes, que sus corazones sean reconstruidos para que se cumplan todos sus sueños en este nuevo año que comienza.
¡FELIZ 2021! Unidas y Unidos saldremos adelante.
MUCHAS GRACIAS.