Advenedizos y ambiciosos

¿Cuánto cuesta la salud? Me preguntó una de mis comadres y la verdad le respondí que la salud no tiene precio, y si fuera necesario gastar lo que sea, cualquiera lo haría con tal de estar bien. Pero como era de esperarse mi comadre me reviró que eso sería verdad siempre y cuando ella tuviera el suficiente dinero, de lo contrario se moriría como la mayoría de los enfermos en este país. Yo le contesté que estaba exagerando, y me dijo que sus palabras eran ciertas y la prueba era lo que había sucedido con las víctimas de la balacera en las afueras de la UPAEP, quienes seguramente gastaron una fortuna para que fueran trasladas en helicóptero a un hospital de la ciudad de México. Lo que no podría hacer un ciudadano común del pueblo mágico, que a duras penas tiene para comer, menos para pagar una consulta en un hospital privado, por lo que lamentablemente, solo quien tiene dinero es merecedor de buena atención. La verdad no estuve de acuerdo con la opinión de mi comadre Toñita, pues aunque usted no lo crea en las farmacias del doctor Simi, cobran bien barata la consulta, pero mi comadre como es muy necia, alegó que ahí también la atención era pésima. Bueno, pues entonces, le dije, cuídate mucho y procura no enfermarte porque de lo contrario en ningún lado te van atender como a ti te gusta.

Pasando a otro tema le cuento a usted que me contó mi comadre Filo que, en el barrio de San Lucas, los vecinos pedían a gritos que destituyeron a la presidenta de comunidad, que porque ella no hace nada para evitar que el vandalismo haga de las suyas los fines de semana, cuando los jóvenes y algunos no tanto, se dedican a emborracharse en las calles. La culpaban de los destrozos que hace una semana, un grupo de estos malvivientes ocasionó en algunos domicilios, pero lo que no sabían los mal informados ciudadanos, es que los padres de familia de estos pelafustanes, tienen mucha de la culpa porque si bien es cierto, que la policía municipal tiene que hacer su trabajo, son las mamás luchonas, las que siempre andan defendiendo a sus retoños sin aceptar que sus engendros merecen un castigo por las tropelías que cometen. Lo peor del caso es que algunos de los vándalos que ocasionaron todos estos problemas son originarios del barrio de San José, de donde por cierto es el presidente de comunidad que se dedica a realizar bailes sonideros y que en lugar de atender los problemas de este barrio anda de revoltoso, disque haciendo política.

Desafortunadamente los problemas en las comunidades del pueblo mágico cada día se agravan más. Por un lado, tenemos que en barrios como San José, San Antonio, la Preciosa y Santa María Yancuitlapan, quienes están al frente son unos verdaderos bodrios, oportunistas, aprovechados, advenedizos, ambiciosos, indeseables granujas, facinerosos y todo lo que termine en oso. Al menos así se expresa la mayoría de los habitantes de estas comunidades, porque no han hecho absolutamente nada en beneficio de los ciudadanos. No han informado que han hecho en casi dos años de administración. Han recibido miles de pesos en recursos que solo su madrecita (si tienen) sabe en qué se los han gastado. Y los muy sinvergüenzas se han unido al diputado más lerdo que haya existido. El mismo al que las mujeres de Ixtenco han acusado de misógino, cosa que no es rara, pues desde hace mucho se sabe que este remedo de político se expresaba despectivamente de la gente del pueblo otomí. Lamentablemente hasta ahora quienes votaron por él, se dan cuenta del enfermo que llevaron al Congreso. Pero el colmo es que este mercachifle anda atizando la hoguera, porque a falta de argumentos solo anda organizando conflictos en los municipios. Que se ponga a trabajar, que resuelva la grave problemática de inseguridad que hay en el pueblo mágico, o con los asaltantes al tren en Lázaro Cárdenas. Porque lo más fácil es ir de pueblo en pueblo diciendo simplezas y disque acordando la forma de trabajar.

 

 

También me contó mi comadre Filo, que unos cuantos oficiales de policía al mando del comandante Otis, llegaron al fraccionamiento Volcanes II para tomar nota de las quejas de los vecinos por las amenazas y agresiones que un sujeto apodado “el rengo” ha cometido en ese lugar, pero después de tanto show, dice mi comadre que solo dieron unas cuantas vueltas y hablaron con dos o tres greñudas que andaban por ahí, y se fueron sin resolver nada, dejando en la total indefensión a las víctimas de este sujeto. La Filo, como le llamo de cariño a mi comadrita, dice que Otis solo dijo que se necesitan varias denuncias para que se tomen cartas en el asunto. Pero digo yo, como van a denunciar a este sujeto, si tiene atemorizados a los vecinos y como se escuda en su discapacidad, pues ni la policía, ni el seriamente comprometido pueden poner un alto a la impunidad en esta zona. Donde nadie imaginaria que existen seres capaces de cometer las más bajas acciones en contra de la sociedad. Por algo este tipo de sujetos están marcados. Solo que la Ley está muy lejos de darse cuenta de ello.

Como ya es costumbre en el pueblo Ignacio Zaragoza, se soltaron vaquillas para festejar la fiesta patronal, y usted se preguntará cual es la novedad, pues según recuerdo, el seriamente comprometido ya había anunciado hace mucho que este tipo de eventos están prohibidos en la vía pública, pero como ya es una costumbre que en ese pueblo siempre violen la ley no me sorprende. Lo que me sorprende es que ni el seriamente comprometido, ni la jefa de jefas, ni el director de la policía hagan algo al respecto, prefieren navegar con la falsa bandera de la tolerancia, que fácilmente se puede rasgar, ahí está el ejemplo de los presidentes de comunidad que le andan jugando al vivo con el señor de los 666 compromisos.

Fíjese usted que, a través del correo electrónico de la redacción de El Imparcial de Tlaxcala, han llegado infinidad de quejas por el proceder de algunos elementos de la policía federal, de los que dicen ya agarraron como parada oficial el fraccionamiento “la estación”, donde a cualquier hora del día paran automóviles, camiones y tracto camiones, con cualquier pretexto. Es tanto el hartazgo de algunos conductores que piden que alguien revise esta situación. Pero quien de plano sí los denunció públicamente, fue el joven edil de Tequexquitla, que aseguró que elementos de la policía federal delegación Huamantla extorsionan a sus policías y por eso los están acusando de robar un camión. Ya no podemos confiar en nadie. Vamos de mal en peor, ojalá no veamos cosas peores.

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