Tal parece que a nadie le importa, pero es que ya no puede ser que haya eventos que casi siempre están relacionados con hechos que provocan desgracias. Este fin de semana murió una mujer porque un cafre la arrolló junto con su marido, después de ir a trabajar para llevarle el pan a sus hijos. Un desequilibrado que nadie sabe si salió del autódromo donde se hacían las carreras de carcachas, o que solo circulaba por la carretera que conduce a donde se llevaba a cabo el evento de autos.
El hecho es que todo marchaba bien. La inauguración de la feria resultó bien, sin embargo por tipos que no son castigados por los delitos que cometen, es que se empaña una feria que es la más importante del estado. Por supuesto que las autoridades no son las responsables de lo que pasó, porque en este caso el culpable es quien con total irresponsabilidad atropella a tres personas y huye. Pero sí es responsabilidad de las autoridades aplicar la ley y encontrar al o los responsables.
Basta ya de ese cuento que siempre utilizan los políticos y quienes están al frente de la policía o de otras corporaciones, cuando dicen que ellos hacen las recomendaciones y son los ciudadanos quienes no las atienden, lo que deben hacer es aplicar la ley, no debe haber complacencia con quienes cometen faltas, o con quienes beben en la vía publica o en eventos masivos, sabiendo el riesgo que ello conlleva para terceras personas.
Según los organizadores de las carreras, el año próximo cumplen 50 ediciones de haber iniciado, y seguramente cumplirán 100 años y seguirán sucediendo los mismos desmanes mientras no haya quien se proponga mejorar este evento, que en lugar de darle prestigio y renombre al pueblo mágico solo nos avergüenza. Porque todas las riñas que ocurrieron durante y después del evento, no son cosa menor.
Es cierto que la gente asiste bajo su propio riesgo, pero no estamos en la época primitiva como para que cualquiera haga lo que se le da la gana, para eso existe la ley, un marco legal, y que a nadie se le olvide que es el Estado quien tiene la obligación de salvaguardar la integridad de todos los ciudadanos, sea el lugar que sea, así se llame autódromo, carretera o incluso en el domicilio propio.
Pero ante lo trágico, ¿qué es lo que pasa?, pues todos se deslindan, todos se hacen como el “tío lolo”, “chingate solo”. Esto no puede ser, en alguien tiene que caber la cordura y pensar que el evento de la carrera de carcachas tiene que mejorar, no hay de otra, porque estamos en el siglo 21, muy lejos de las épocas de las cavernas, donde efectivamente los trogloditas se agredían a golpes en el campo y seguramente también lo hacían a pedradas, por lo que esto no puede estar sucediendo en plena época digital, es denigrante observar escenas en las cuales hay hombres y mujeres alcoholizadas, golpeándose a campo abierto como si se tratara de animales salvajes, mientras las autoridades solo declaran que ellos hicieron las recomendaciones.
La feria del pueblo mágico a penas está comenzando y no debemos permitir que por unos cuantos desadaptados se arruine. Quienes no quieran a Huamantla que se vayan de ella, porque quienes queremos su crecimiento y desarrollo, solo pretendemos vivir en armonía, con todos los eventos que siempre se organizan para divertirse, porque no queremos que se dejen de hacer, queremos que se hagan bien y en orden.
Por unos cuantos no se van a dejar de realizar las carreras, ni la huamantlada, pero quienes asistamos hagámoslo con toda la conciencia de que debemos respetar la Ley, y a los demás, y a los organizadores y autoridades que no les tiemble mano para castigar a quien perjudique el espectáculo y a los demás, y sobre todo al prestigio de una ciudad que tiene 485 años de haberse fundado.