Cinco horas de espera para escuchar, que el amor al prójimo es la solución a los problemas de México

  • Manuel Rojas

Apizaco, Tlax.- Miles de personas se dieron cita desde muy temprano para estar presentes en el evento en el que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo la entrega de apoyos a beneficiarios tlaxcaltecas de los programas sociales de su Gobierno, y en el cual afirmó que el Gobierno de Tlaxcala es un ejemplo para otros Estados, ya que es el único que no tiene deuda. Dejando con esta afirmación una sonrisa en el rostro del Gobernador Marco Mena, que durante la llegada del tabasqueño y cuando le dio la bienvenida volvió a escuchar algunos abucheos dirigidos a su insípida persona.

Desde las 7:00 horas la gente quería ingresar a la plaza de toros de Apizaco, Rodolfo Rodríguez “El Pana”, para ver de cerca, a quien decían las señoras de la tercera edad, “le dimos todo el apoyo y ahora queremos estar con él, aunque sea un desorden porque ya tenemos más de dos horas y no nos dejan pasar para ver a nuestro Presidente”.

Horas antes grupos de estudiantes y ciudadanos se retrataba con el secretario de educación en el Estado de Tlaxcala, Manuel Camacho Higareda, y al mismo tiempo ensayaban porras a favor del Gobernador, como advirtiendo que no permitirían que hubiera abucheos en contra del mandatario estatal.

Seguramente estos grupos que en algunos casos llegaron desde las 8:30 hora, creían que con estas porras se anticiparían para que ocurriera lo mismo del evento pasado, cuando el Gobernador fue abucheado por la mayoría de los presentes en el recinto ferial de la ciudad de Tlaxcala.

Alrededor de las 9:30 horas llegó a la puerta de la plaza de toros, el diputado federal, José de la Luz Sosa Salinas, a quien ni los encargados de la puerta reconocieron, por lo que al pedir que lo dejaran pasar, le respondieron que tenía que esperar hasta que llegara la persona que daría la orden para el ingreso.

Sin embargo, en ese momento, por puertas alternas, como desde horas antes, entraban estudiantes de la Universidad Tecnológica de Tlaxcala, con su respectiva bolsa de plástico que contenía una torta y un pequeño refresco y una naranja.

 

 

Mientras, en el interior, un grupo de enfermeras ocupaban las sillas de ruedas para descansar bajo una carpa de color blanco, ubicada a unos metros de la entrada principal, lugar que, a la llegada de AMLO, estaría ocupado por personas con discapacidad.

A las 9:50 se abrieron las puertas después de muchos reclamos, y toda la gente que esperaba ingreso al lugar sin ninguna restricción. Hasta los vendedores de botanas, refrescos, helados, y otros objetos se abalanzaron para ocupar un espacio, y obtener ganancias de la visita del máximo ídolo político de México, a pesar de que personal del evento les pedía que se mantuvieran afuera ya que no podían estar en la zona por la aglomeración de gente y porque era una zona restringida para la vendimia.

Después de que algunos reporteros pudieron ingresar al predio ubicado atrás de la plaza de toros, se pudo comprobar que ya había cientos de adultos mayores ocupando los asientos principales y a la voz del encargado de grupo, ensayan algunas porras como las clásicas, “Andrés amigo, el pueblo está contigo”, o “es un honor estar con Obrador”.

A la derecha del escenario donde se sentaron los invitados, el Gobernador, y otros políticos como el senador Joel Molina Ramírez, la senadora Ana Lilia Rivera, y el presidente municipal de Apizaco, Julio César Hernández Mejía, había un grupo de personas que levantaban pancartas de colores en las que le manifestaban al Presidente de México su apoyo con leyendas como: I Love AMLO.

 

 

 

En eso el personal de comunicación del Gobierno del Estado se movía por todos lados, lo mismo hacia personal de la delegación de Programas para el Bienestar y hasta el equipo de Protección Civil, para checar que no fallara ningún detalle, mientras el edil, Julio César Hernández Mejía, hablaba por teléfono, y daba vueltas y vueltas a un lado de la carpa instalada a un costado del templete donde estaría López Obrador, y en la cual había mesas con bocadillos para los invitados.

A las 10:49 la delegada del Bienestar en Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros ya platicaba con el diputado federal, José de la Luz, precisamente bajo la carpa blanca donde podían comer y beber mientras llegada el Presidente que mayor respaldo electoral ha tenido en la historia de México.

A las 10:54 los encargados de la logística, pegaban las calcomanías con los nombres de los servidores públicos que estarían junto a AMLO, lo hacían a las sillas colocadas en el escenario, para que durante el discurso de López Obrador todo estuviera en orden.

Al mismo tiempo los módulos de Protección Civil, Cruz Roja, Mesa de Atención, Abastecimiento de Agua, ambulancias y hasta las letrinas instaladas, estaban a punto, ante cualquier contingencia. Hasta el secretario de salud del Estado de Tlaxcala, Jonguitud Falcón, recorría el lugar vestido con una bata blanca, estaba tan hacendoso que si usted lo hubiera visto no lo creería.

Eran ya las 11:25 y todos seguían en sus lugares esperando ansiosamente que llegara Andrés Manuel, unos para demostrarle su apoyo, pero otros para pedirle que les devolvieran las becas. Y para exigirle acabar con las autoridades “corruptas y demagogas”, como decía en una pancarta colgada a la entrada de la plaza de toros, en la que al final se podía leer el nombre del presidente municipal de Huamantla, Jorge Sánchez Jasso. A quien le mandaban un mensaje: ¡Renuncia Ya! Si tienes vergüenza y dignidad!.

 

 

 

A las 11:28 llegaron los reporteros de medios nacionales, que presurosos ocupaban el templete dispuesto para ellos, lo que avisaba también que el arribo de López Obrador a la otrora Ciudad Modelo no tardaba. Y como decía la canción de Joaquín Sabina y nos dieron las 10, las 12, la una, las dos y las tres” y aunque todo quedó en las 12, los tlaxcaltecas tuvieron que esperar más de cinco horas para ver al Presidente de México, horas que en nada se comparan con los más de 80 años de un régimen, que, según el Presidente de origen tabasqueño, le dejo el país prácticamente en la ruina.

Poco antes de que hiciera su aparición el señor del “me canso ganso”, quien andaba perdido era el diputado federal del Partido del Trabajo, Silvano Garay Ulloa, que no sabía para donde caminar y solo preguntaba a los jóvenes que guiaban los adultos mayores, sobre algún espacio para llegar al estrado, pero nadie le hacía caso, por lo que no dejaba de hablar por teléfono.

Hasta que por fin al medio día de este viernes 31 de mayo, aparecía en tierras apizaquenses el ídolo de las multitudes políticas, quien prometió acabar y desaparecer la corrupción. Durante su camino al escenario los asistentes le entregaron documentos, se tomaron fotos con él y hasta le dieron besos algunas señoras.

Una vez en el escenario, Marco Mena le dio la bienvenida y ante algunos abucheos, el conductor del programa, lo presento dos veces, tal vez para que no se escucharan los silbidos y gritos en contra de Mena, pero no paso a mayores pues cuando el Gobernador dijo que acabaría con la pobreza a través del programa Supérate, fueron muchos los gritos de apoyo, pero cuando de plano ya no cabía en el estrado, y se inflaba como guajolote, fue cuando AMLO le dijo que juntos combatirían la pobreza, y que Tlaxcala era ejemplo para otros Estados, ya que era el único que no tenía deuda pública. Antes Marco le agradeció por los recursos para construir las obras carreteras que tanto necesitaba Tlaxcala.

AMLO entregó los apoyos de los programas de bienestar y reconoció que, así como Oaxaca tiene una gran cultura a nivel mundial, Tlaxcala tenía un gran pueblo, porque era muy trabajador. Al tiempo que afirmaba que se va acabar la corrupción y que ya le mando a decir a Donald Trump, que México se va a convertir en una potencia económica y social y los inmigrantes se tienen que respetar por encima de todo. Pero mientras esto sucedía, algunos empleados de la secretaria del bienestar identificados con su chaleco café y gafete, le pedían a quien mostraba su pancarta de reclamo por falta de apoyo a los estudiantes de posgrado, que mejor la guardara para otra ocasión. Pero sin hacer caso, estas personas ubicadas casi frente a AMLO, ni dejaron de levantar su cartel, aun cuando se entonaba el himno nacional.

Finalmente, el Presidente de México culmino su segunda visita a Tlaxcala, asegurando que el amor al próximo es lo se necesita para que todos seamos felices.

 

 

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