Desesperación, estrés y violencia doméstica…

 

  • María Eugenia Cruz Vargas

¿Quién de ustedes no ha vivido un hecho como este? Durante la Pandemia mujeres y hombres nos hemos enfrentado a un sin número de reacciones, y no siempre tan positivas dentro de las relaciones humanas, quedarse en casa para muchas (os) ha sido desesperante, vivir las veinticuatro horas del día sin ver a nuestros familiares, a nuestras (os) compañeras (os) de la escuela, el trabajo, los vecinos, amistades, etc., eso creo enojo y malestar en algunas (os).

¿Y entonces? Ese quedarse en casa se convirtió en un confinamiento muy áspero, porque hubo personas que no supieron como controlar sus emociones, y de repente la desaparición se manifestó en estrés y muchas ocasiones en violencia dentro de los hogares.

Sin duda es importante saber que ante esta crisis de salud pública y no tener otra opción, era inevitable que comenzaran a existir diferencias, mal sentido del humor y agresiones que van desde palabras anti sonantes, una ofensa verbal y hasta un golpe físico. Las mujeres en general, han sido las que han llevado en los hogares
la carga de las responsabilidades, se han convertido además de mamá y esposa ahora en profesoras y empleadas domésticas, por que el confinamiento no dejo muchas opciones, y entonces la carga de trabajo aumentó, llegaron con ello la desesperación, el estrés y hasta la falta de paciencia convertida en violencia doméstica.

Con el paso de los días, el confinamiento se hacia más complicado, porque díganme quien de ustedes estaba preparada para asumir tantas responsabilidades juntas, y lo peor de todo no remuneradas. Muchas mujeres perdieron en algunos casos sus empleos, y no estar  preparadas para tantos cambios se convirtió en crisis y en muchos otros casos frustración, para otras mujeres fue la puerta para dedicarse a ellas y a su familia con tanto amor.

Lo que si hoy debemos de comprender, es que esta situación de la Pandemia, todavía nos espera por muchos meses, mientras no se tenga la responsabilidad del autocuidado y en su caso la vacuna que ayudará a mejorar nuestras condiciones de vida.

Recordemos que el afecto entre los seres humanos comenzando porla familia, las amistades, nuestros compañeros de trabajo, de juego, de deporte, de escuela, esperan con ansia un pronto abrazo para expresarles además cuánto las y los queremos; aprendamos a tener paciencia y alimentar esos momentos con actitudes positivas.

En estos meses del COVID-19, mujeres y hombres intercambiaron su tiempo para convertirse en carpinteros, pintores, cocineros de nuestra propia casa, porqué teníamos que invertir ese tiempo para no caer en ese estrés, si todos supiéramos manejar nuestros talentos de manera positiva, seguramente a muchos hogares no se le hubiese permitido abrir la puerta a la violencia.

Cuántos casos se han conocido, donde las niñas, niños y adolescentes han sido maltratados por los padres o familiares cercanos, en este contexto el índice de violencia doméstica hacia las mujeres creció, pero también sabemos que no es un tema de género, porque en la vida real conocemos a hombres que también son violentados y padecen estragos psicológicos igual que las mujeres.

En este sentido, les puedo compartir que el estrés presenta efectos que dañan tu cuerpo, como dolor de cabeza, dolores musculares, dolores en el pecho, fatiga, malestares estomacales, entre otros; por consecuencia tu estado de ánimo cambia por ansiedad, falta de motivación, inquietud, irritabilidad, tristeza o depresión y por lo  tanto, tenemos diversidad de comportamientos que a veces no sabemos controlar; arrebato, ira, consumo excesivo de alimentos, aislamiento, depresión, etc.

Si en algún momento, te has sentido identificada (o) con alguna de estas situaciones, lo que te recomendamos es hacer ejercicio, leer un libro, escuchar música, realizar un pasatiempo favorito, aprende a cocinar, acomoda tu closet, baña al perro; todas y todos tenemos talentos, así que a vivir dignamente y a ser felices en la vida, dar amor a todas y todos, porque el día que ya no estén esos seres queridos lamentaremos haber perdido el tiempo en tonterías y
malos entendidos.

Por último, para todas aquellas mujeres y hombres que sufren violencia dentro del hogar, no tengan miedo, ni pena, denuncien a sus agresoras(es), en toda la República Mexicana existen los Centros de Atención a Mujeres, otra opción es llamar al 911 donde te atenderán de manera oportuna y la policía estará en tu domicilio
para ayudarte.

¡No tengas miedo y denuncia! ¡No tengas vergüenza por lo que dirá la familia o amistades! Hoy en México 7 de cada 10 mujeres sufren violencia en su vida y en algunos casos terminan en feminicidio.

Nos vemos en el próximo artículo. Mil gracias.

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