Dictadura y Guardia Nacional

El escritor Francisco Martín Moreno, escribió en su columna publicada en El País, que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es un dictador, porque tiene una “visión contraria a la democracia según la definición de Abraham Lincoln”. El escritor mexicano señala que “el pueblo furibundo votó por volver a instalar precisamente el gobierno de un solo hombre, con lo cual dimos otra vez marcha atrás a las manecillas de la historia“.

Su columna la tituló “México: Democracia versus democracia”, asegura que “solo quien esté ciego o no quiera abrir los ojos se negará a advertir la presencia de una nueva dictadura en Norteamérica en pleno siglo XXI. Un absurdo político y social ya ha hecho que Trump frunza el ceño“. La razón de esto según Martín Moreno es que “los mexicanos actuaron con ´rabia´ y ´desesperación´, ya que ni el gobierno de Peña Nieto y sus antecesores, resolvieron la inseguridad, corrupción, marginación, por lo que al votar por AMLO, fue votar por la peor opción.

Los argumentos del escritor de 27 novelas históricas entre las que destacan México negro y México engañado, son los despidos en dependencias federales solo por la austeridad republicana, al igual que la cancelación del aeropuerto en Texcoco. “400 mil empleos, se enterraron más de 150 mil millones de pesos en un aeropuerto promisorio, cancelando los inmensos beneficios de la conectividad aérea en materia de turismo y carga; se deprimió la inversión pública y la privada, se desplomó la bolsa de valores, se estimuló la fuga de ahorros al exterior”.

Francisco Martín Moreno advierte que “sí México termina en una dictadura, tal y como ya se proyecta en ese sentido, los mexicanos, después de haber asistido a la destrucción de nuestro país, tendremos que pagar también el dolorosísimo costo del aprendizaje por no haber descubierto a tiempo la verdad oculta en las promesas ingrávidas y engañosas en este caso de AMLO, un líder político perverso, resentido y manipulador”.

Seguramente ya escuchaste en todos lados que el Senado aprobó la iniciativa para crear la Guardia Nacional y, posiblemente, lo primero que viene a tu mente es el tema del mando militar. La Guardia Nacional será una nueva corporación encargada de la seguridad del país. Tras la polémica de militarizar a la nación, ya que el Ejército se iba a encargar de reclutar, formar y organizar a los nuevos guardias nacionales, Morena cedió y ahora la Guardia estará adscrita a la Secretaría de Seguridad Pública (encabezada por Alfonso Durazo) y no a la Defensa Nacional.

Aunque la Cámara de Senadores avaló este 21 de febrero la Guardia Nacional por unanimidad, con 127 votos a favor, 0 en contra y 0 abstenciones, ahí no termina el trayecto, ya que ahora el dictamen regresará a la Cámara de Diputados para su aprobación definitiva.

 

 

Además, al ser una propuesta que reforma artículos de la Constitución, necesita la aprobación de al menos 17 congresos estatales. Una vez que se obtenga ese requisito, se procederá a su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

La propuesta inicial contemplaba realizar una excepción al artículo 159 para permitir la participación de militares en asuntos de seguridad pública, sin embargo, con las modificaciones que realizó el Congreso en enero pasado, este párrafo fue eliminado.

La justificación inicial para que el Ejército siguiera haciendo de Policía era que las policías no estaban en condiciones de afrontar el reto de la inseguridad en el país. La nueva reforma plantea resolver esta situación, capacitando mejor a los elementos y, en los nuevos cambios, obliga a los estados a que presenten un plan de fortalecimiento de sus policías en los seis meses siguientes a su aprobación.

Mientras se conforma totalmente la Guardia Nacional, el Ejército seguirá fungiendo de policía otros cinco años. La reforma prevé además que la formación de los guardias se rija por “por una doctrina policial fundada en el servicio a la sociedad, la disciplina, el respeto a los derechos humanos, al imperio de la ley, al mando superior y a la perspectiva de género”. Además, se descartó que los elementos de la guardia cuenten con fuero militar, al ser constituida como “una institución plenamente civil”.

También se elimina la “Junta de jefes de Estado”, que estaría compuesta por elementos de las secretarías de Seguridad, Defensa y Marina, para dar paso a una coordinación operativa interinstitucional.

Algunos elementos que forman parte de este cuerpo de seguridad se incorporarán a la Guardia Nacional, ya que la Policía Federal desaparecerá de facto. Mientras el Estado recluta a los integrantes de la nueva corporación, policías militares, navales y federales vestirán el nuevo uniforme. La propuesta prevé que en los primeros 3 años el número de elementos en la Guardia Nacional sea de 50 mil y al final del sexenio llegará a 100 mil.

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