Es increíble la cantidad de ocurrencias que a diario tienen nuestros legisladores, sin importar mayormente los graves problemas por los que atravesamos. La semana pasada (por ejemplo) en el Congreso de la Ciudad de México, el Grupo Parlamentario de Morena propuso modificaciones a la Ley de Establecimientos Mercantiles con el objeto de prohibir la venta de cervezas refrigeradas.
La iniciativa es irrelevante porque la cerveza fría, tibia o caliente es la última de las prioridades en México. En redes sociales la noticia se viralizó y dio paso a todo tipo de opiniones y memes, pero lo increíble fue que cuando la diputada proponente fue entrevistada por varios medios, admitió que presentó la iniciativa sin contar con información al respecto, ni estudios técnicos, ni opinión de expertos, ni legislación comparada; simplemente habla de una convicción personal, por no decir una simple ocurrencia o afán protagónico.
Por supuesto que el alcoholismo es un problema social con graves consecuencias en seguridad y salud pública que se debe atacar, pero con estrategias bien planificadas. Esta situación es lamentable porque se suma a un sinnúmero de iniciativas inútiles que se presentan todo el tiempo.
El Congreso de Tlaxcala tampoco se salva de la presentación de iniciativas absurdas, tales como declarar patrimonio a los tamales, títeres y muéganos, que legisladores carentes de sentido común y experiencia legislativa, proponen circunscribiéndose a temas banales, sin mayor importancia y que no aportan a la solución de los problemas más serios de la ciudadanía y los grupos vulnerables.
Es una pena que en materia política sean más importantes los intereses personales que el beneficio ciudadano, estamos a escasos días de concluir el segundo periodo de sesiones de la LXIII Legislatura del Congreso del Estado y aún no se aprueba una sola iniciativa presentada.
De hecho, las sesiones ordinarias se han vuelto un mero trámite, pues es evidente que en varias ocasiones los legisladores acuden porque deben hacerlo, pero las más de las veces ni atención ponen a sus homólogos al momento de la lectura, que en parte se entiende porque la mayoría de ellos presentan evidentes vicios de dicción. El caso es que es necesaria la aportación de iniciativas congruentes que conlleven a un beneficio ciudadano.
Por ejemplo, estamos respirando una atmósfera con uno de los índices más altos de contaminación en mucho tiempo y que las acciones para mitigar las emisiones simplemente no han funcionado por la falta de una política contra la quema indiscriminada de pastizales y si esto no se resuelve, la contaminación empeorará.
Urge una iniciativa que proponga la imposición de severas multas a quien sea sorprendido provocando un incendio o cualquier otra afectación al medio ambiente, toda vez que durante las últimas semanas fuimos testigos de la proliferación de siniestros en la Malinche y otros cerros como el Quimicho, o en la zona boscosa de Atltzayanca, donde en su totalidad se han afectado más de 300 hectáreas de pastizales y árboles.
Afortunadamente este fin de semana cayeron las primeras lluvias, lo cual ayudará a mitigar el efecto invernadero que se produce después de una ignición, empero es necesaria una campaña de reforestación donde toda la sociedad sea partícipe, toda vez que de permanecer inmóviles, está en juego el lugar que sirve de hábitat para los millones de seres humanos que habitan la tierra.
Los elementos son por demás contundentes y demuestran el alto riesgo al que nos enfrentamos para el abastecimiento de agua potable debido, principalmente, a la sobreexplotación de los mantos acuíferos. El desarrollo urbano es un desorden total donde todo se ha permitido, como el comercio informal entre otros y cada día se pierden bosques, áreas agrícolas y reservas naturales sin acciones eficaces que lo impidan.
Señoras y señores diputados, tienen la oportunidad y la responsabilidad de legislar para dar solución a los graves problemas de Tlaxcala. Es la razón por la que fueron electos, no para perder el tiempo. Revisen sus iniciativas antes de presentarlas.