EDITORIAL

  • Redacción

Fuimos testigos del primer debate entre las seis candidatas y el candidato, observamos mucho nerviosismo, propuestas fuera de lugar, falta de preparación, relativamente no hubo ataques, no hubo réplicas relevantes, las posturas fueron tibias, sin una verdadera estrategia; lo que sí vale la pena resaltar es que la opinión pública fue participativa y por supuesto muy crítica ante la intervención de los abanderados.

Al final todos se dijeron ganadores, incluso Evangelina Paredes que fue quien menos preparación mostró y sus propuestas estuvieron envueltas entre la irrealidad y la comicidad. Sin embargo, este primer ejercicio democrático mostró interés de una ciudadanía ávida de un cambio y de que Tlaxcala tenga un gobernante a la altura, pero hasta ahorita todos quedaron a deber y seguramente el alto porcentaje de indecisos aún no sabe por quién va a votar.

Quizá este debate no defina la elección, pero sí sirvió para exponer a las candidatas y al candidato, es decir, la ciudadanía pudo darse cuenta que les faltaron tablas para una verdadera confrontación, no supieron generar ataque y contra ataque, simplemente el debate quedó en una exposición de ideas y vagas propuestas.

Habrá que esperar el segundo ejercicio democrático a desarrollarse el 16 de mayo, que ya con la experiencia del primero y con la elección a la vuelta de la esquina, se esperarán mayores expectativas y por supuesto que ayude a la ciudadanía a decidir su voto, ya que quien gane la elección deberá gobernar el estado los siguientes seis años. 

Indudablemente en estas campañas se ha olvidado que aún existe un enemigo invisible que es el Covid-19, se ha olvidado la sana distancia y la prioridad que debería ser cuidar la salud ha pasado al último término, ojalá las consecuencias no sean lamentables y no alcance el tiempo para arrepentirse ante los actos irresponsables en que han incurrido los políticos, y más todavía porque aún no empiezan las campañas a diputados y ayuntamientos, lo cual incrementará a su máximo nivel la efervescencia política y alta participación ciudadana en eventos proselitistas. 

Faltan poco menos de 50 días para la jornada electoral, el 6 de junio se aproxima y con ello el proceso electoral se vuelve aún más tenso y lo será más cuando den inicio las campañas los candidatos a diputados y ayuntamientos. Sobre todo porque las redes sociales se inundarán de propaganda política, ya que de momento, es el medio más efectivo y económico para llegar al electorado.

Estas elecciones que han sido llamadas las más grandes de la historia, debido al número de cargos que habrán de elegirse, pues se elegirá una gubernatura, 15 diputaciones de mayoría relativa, 10 diputaciones de representación proporcional, 60 presidencias municipales, 60 sindicaturas, 350 regidurías, 299 presidencias de comunidad y en el plano nacional tres diputaciones federales.

Además de que participan 15 partidos, 10 con registro nacional y 5 con reconocimiento local; habrá dos coaliciones y votarán cerca de un millón de ciudadanos; aunque lo importante ahora no es el padrón electoral, sino lograr que por lo menos la mitad de esos electores salgan a votar, ya que en un contexto de pandemia, se torna más complicado vencer el abstencionismo que se vislumbra en la próxima jornada.

 

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