EL AMOR MÁS HONESTO Y PURO ES EL DE UNA MADRE

  • María Eugenia Cruz Vargas

Te has preguntado alguna vez cómo las madres pueden sentir algo tan intenso hacia sus hijos? Es precisamente, un sentimiento tan puro y natural que muchas veces escapa de nuestra propia comprensión.

Cuando somos pequeños, muchas veces nos cuesta entender el amor tan grande que nos tienen nuestras mamás. Es un sentimiento que simplemente nos parece natural, pero no comprendemos. A medida que crecemos, nos damos cuenta de que el amor de una madre es único y es capaz de superar cualquier otro sentimiento en el mundo.

Este entendimiento llega en algún punto, sobre todo si somos mujeres y contamos con la suerte de ser mamás en algún momento de nuestras vidas. Justo en ese momento nos damos cuenta que no existe nada en el mundo como el amor de una madre y empezamos a entender cómo se han vivido todo este tiempo nuestras mamás.

Hasta que somos madres, no creemos muchas cosas. Por ejemplo, nos parece imposible que ellas siempre puedan recordar tantas cosas de nuestras vidas o las de nuestros hermanos.

Sin embargo, más adelante nos damos cuenta de que es real. Al parecer, a cada madre le incorporan un dispositivo al momento del nacimiento de sus hijos que les permite almacenar y recordar cada una de las cosas que van pasando en sus vidas.

Asimismo, cada madre es única e incomparable. El amor de una madre por sus hijos siempre será igual, tan fuerte y tan grande que es capaz de superar todos los obstáculos que se puedan presentar con tal de ver a sus hijos felices.

Aunque muchas veces griten, peleen y regañen por demás, no existe en el mundo alguien que nos pueda amar igual a como lo hace la mujer que nos dio la vida.

En esta etapa que nos ha tocado vivir con la pandemia debemos reafirmar los lazos y vínculos con la mujer que nos dio la vida porque es verdad, su amor es y será el más puro, sincero y honesto en nuestras vidas.

Siempre es un buen momento para dejar a un lado lo mal hijas e hijos que hemos sido, nunca es tarde para convivir, amar y respetar a nuestra madre que lo es todo, aprendamos a pedir perdón y ser perdonados si en algún momento fallaste como hija e hijo.

Nunca será demasiado tarde para un abrazo; porque el día que ya no esté, será muy lamentable e irremediable no haber sentido la dicha de disfrutar a tu madre.

Nuestro reconocimiento y admiración para todas las madres en este día y siempre.

Muchas gracias a todas y todos nuestros lectores. Nos vemos la próxima semana.

 

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