Pitucherías
Por Héctor Sánchez Ríos
El pasado sábado 13 de diciembre, durante el encierro de toros celebrado en Huamantla, derivado del percance sufrido en el que se vio involucrado el ciudadano americano Dennis Clancey, se evidenció la falta de protocolos sanitarios para la atención de emergencias ocurridas durante mencionado festejo, esto es así ya que al momento de que el norteamericano sufrió la caída y que toda la manada pasara por encima de él, se registró un retraso considerable en que los servicios médicos acudieran al sitio, ya en el lugar se presentó un total desorden y evidente falta de capacidad en el manejo del paciente; logrando subir al herido a la camilla.
Para lograr sacarlo del recorrido del encierro, no se contaba con salidas de emergencia adecuadas para que pudiera circular el personal clínico con el paciente en la camilla. Lo anterior, tristemente continuó, toda vez que al salir del recorrido no había una ambulancia cerca que brindara los primeros auxilios al herido, sino que tuvo que ser trasladado por más de una cuadra hasta llegar a la esquina de Reforma e Hidalgo, en donde el propio personal clínico y de seguridad, solicitaba desde el lugar del percance el arribo de una unidad de ambulancia, la cual arribó minutos después al lugar.

Con estas áreas de oportunidad, se puso a prueba la capacidad de respuesta de los servicios médicos y de seguridad, además que evidenció la falta de un protocolo para la atención, manejo y traslado de pacientes derivados del encierro estilo Pamplona en Huamantla.
Son pequeñas acciones las que sin duda se deben de atender, ya que no solo fue noticia nacional sino internacional, resonando hasta España la realización del encierro en su tercera edición.
Bien por el evento. Pero mucho por mejorar.

