- Sergio Espinoza
Sanctorum, Tlax.- Al menos 7 muertos -número que podría incrementar- y una media docena de heridos, daños materiales por cuantificar y la nutrida movilización por parte de efectivos y unidades de autoridades de los tres niveles de gobierno; es el saldo preliminar que la tarde de este martes dejó en el municipio de Sanctorum en Tlaxcala, la explosión con incendio (por causas aún desconocidas) de una construcción que integraba un taller de pirotecnia de 5 edificaciones.
Incidente que alrededor de las 17:30 horas se registró en un cerro aledaño a la carretera federal México-Veracruz, hecho que fue reportado al servicio de Emergencias 911 lo que detonó la inmediata movilización de corporaciones policiacas municipales, de Guardia Nacional (GN), de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), bomberos, ambulancias de Protección Civil (PC) de distintos municipios, del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUMT) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
Las que al arribar a la zona (cero) de la explosión, la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC) implementó un protocolo de atención y seguridad mediante un TRIAGE específico a una media docena de personas lesionadas de distintas prioridades y géneros, las que fueron trasladadas a nosocomios cercanos para su atención médica, mientras en el sitio del siniestro se comenzó con la ubicación de partes humanas y cuerpos, los que fueron cubiertos con cobijas, esto mientras se procedía al enfriamiento de uno de las cinco edificaciones que integran el espacio dedicado a la elaboración de artificios pirotécnicos.
Luego en una amplia zona del lugar denominado “Las Lloronas”, que fue acordonada para preservar los indicios y que era resguardada por elementos castrenses, en la que había escombros de la edificación, un vehículo calcinado y metal retorcido humeante, (con ayuda de lugareños) la autoridad ministerial dió inicio a la contabilización de los cuerpos y recolección de los restos en un amplio radio; los que fueron trasladados con los paños que los cubrían a un puesto de control que fue dispuesto a unos metros del punto de la explosión, donde el caos reinaba por momentos.
El lugar en el que se percibía un fuerte olor a pólvora quemada, donde la beligerante negativa a la cobertura noticiosa conjugaba con el ir y venir de lugareños que se iban enterando de la desgracia y dónde también había personas llorando, se desarrolló la diligencia ministerial y se procedió al levantamiento de los cuerpos, los que fueron colocados en las unidades mortuorias del SEMEFO, las que partieron con resguardo de policía de investigación rumbo al centro de la entidad en caravana, dando paso a la disolución del protocolo y retiro de las autoridades.
Las que incluso deberán revisar los daños a la estructura y ventanas en una institución educativa de nivel medio que está a varias decenas de metros de la zona cero, hasta donde se hizo presente la onda expansiva que generó la explosión, lo que nos permite tener un estimado de la magnitud del percance que se pudo observar a la distancia.