FALLECE EL GANADERO DE HUICHAPAN.

  • Redacción

Cap. Al-faro. CdMx. El ganadero de Huichapandon Adolfo Lugo Verduzco falleció hoy alrededor de las 14:00 horas en su casa de la Ciudad de México, a la edad de 88 años,  por causas naturales, luego de una vida muy fructífera en la política nacional y en la Fiesta Brava, su gran pasión.

Desde hace un par de años su salud había comenzado a diezmar  hoy, finalmente se ha adelantado en paz, tranquilo, y quizá con la conciencia de haber servido bien a natal  Estado de Hidalgo y a México, país por el que siempre sintió un inmenso amor.

Nacido en el pueblo de Huichapan, el 3 de marzo de 1933, desde joven fue un hombre deportista y entusiasta, aficionado a los toros y al futbol, compañero de otros taurinos de la vieja guardia a los que, andando los años, nunca dejó de agasajar en su finca hidalguense, ahí donde su sencillez, su bondad y su prudencia, eran ejes de su forma de su caballerosa y educada forma de andar por la vida.

Abogado de profesión, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue escalando varias posiciones políticas hasta llegar a ser presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cargo que desempeñó entre 1982 y 1986 y, posteriormente, fue gobernador de su Estado de Hidalgo de 1987 a 1993. Asimismo, presidió la Asociación Nacional de Criadores de Toros en Lidia en tiempos convulsos para la Fiesta a mediados de los años noventa.

Fundó su ganadería en el rancho “San Joaquín” en el año de 1973, de tal suerte que ya estaba por cumplir medio siglo como criador de reses bravas, luego de haber iniciado esta labor con 98 vacas y tres sementales de Jesús Cabrera, ganadero por el que tenía una gran admiración.

Más tarde añadió dos sementales del mismo hierro zacatecano, así como tres sementales de San Martín, uno de Javier Garfias y otro más de San Miguel de Mimiahuápam, tratando de conservar su gusto por el toro de encaste San Mateo-Llaguno.

Debutó con la divisa oro y azul (los colores de su alma mater, la UNAM), el 21 de septiembre de 1980 en la plaza de Tijuana, con una corrida que estoquearon Manolo Martínez, Antonio Lomelín, Rogelio Leduc y Miguel Espinosa “Armillita Chico”. Esa tarde Lomelí cortó dos orejas por las cuatro y un rabo que conquistó Leduc.

Un mes después, el 20 de noviembre, en la plaza “Revolución” de Irapuato, Manolo le cortó el rabo al toro “Hortelano” y Lomelín hizo lo propio con “Tapabocas”, en una de las tardes más memorables de Huichapan.

En 1981 se presentó en la Plaza México con una novillada que estoquearon Juan Carlos Contreras, Rafael Carmona Antonio Urrutia, diestro que estuvo estrechamente vinculado a su casa ganadera como tentador oficial de Huichapan y uno de sus mejores amigos dentro del medio taurino en el que se distinguió por ser un hombre sumamente entregado y generoso, al que gustaba estudiar la tauromaquia y aprender de todo mundo con ese talante humanista que le caracterizaba.

Además de los logros mencionados, en 1988, el 24 de abril, Jorge Gutiérrez le cortó dos orejas a “Texcocano” en el coso de Insurgentes, bautizado así en honor de su admirado Silverio Pérez, torero por el que siempre sintió una enorme devoción, al grado de que en casi todas sus corridas bautizaba un toro con el nombre de “Faraón”.

El año de 1997 fue el de su consagración en La México, pues Rafael Ortega enfrentó al toro “Azafrán”, que al final de la campaña fue premiado como el mejor de la Temporada Grande 1996-1997, y el 21 de septiembre lidió una excelente novillada con la que triunfaron con fuerza Jerónimo, que cortó dos orejas a “Camborio”, y Julián López “El Juli”, que obtuvo idéntico premio de “Magnífico”.

Al cabo de los años, don Adolfo conservó su gusto por el toro de Jesús Cabrera, aunque él consiguió criarlo con más caja y más kilos, hecho que le permitía lidiar corridas muy bien presentadas, ya que toda la vida buscó ser escrupuloso y ético como ganadero.

Supo inculcar su afición a Adolfo, su hijo, que hoy día vive esta pena con la misma intensidad que sus hermana Alejandra y Marcela, pero con el recuerdo de haber tenido un padre amoroso, honesto, y cuyo paso por la vida deja una clara enseñanza, la de ser congruente con todo aquello que se haga. Descanse en paz tan ilustre y querido amigo.

El Imparcial de Tlaxcala y su sección Notitaurinas Imparciales, envían un empático, solidario y fraterno abrazo a su distinguida familia

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