- Cap. Al-faro.
“…Don Nicolás González Jáuregui, ilustre abogado, fundador de colegios, vitivinicultor, ganadero, benefactor, y quien fuera también el Presidente de la Junta de Navidad de su ciudad natal por muchos años, fue el responsable de edificar, en tan solo unos meses, el bello coso donde se escribirían algunas de las páginas más brillantes del toreo en México.
“El compromiso lo adquirió en 1962, cuando una vez derruida la vieja plaza Colón, organizó un festejo taurino aprovechando la anchura de la calle de Próspero C. Vega en su esquina con 16 de Septiembre. Ahí, frente a las rejas del atrio de la Parroquia de Santiago, en el improvisado coso por él instalado, un grupo de aficionados, comandados por don Manuel Cisnel, saltaron al ruedo con una manta donde hacían la solicitud al hombre que, sabían bien, era capaz de construir una nueva plaza de toros para Querétaro.
“Y no sólo la construyó en tan breve tiempo, sino que además lo hizo con tal cariño y pasión que la Santa María, como bautizaría al coso en honor de su esposa, doña María Rivas, se convirtió en una de las más bellas del país y del mundo, con sus características únicas, sus arcadas blancas coronadas por tejas y adornadas con los hierros de las ganaderías mexicanas de aquel momento; con la cuadrícula de tabique rojo que limita sus barreras, su amplísimo palco, y las imágenes exteriores grabadas en madera de un encierro de toros bravos y de la Virgen del Pueblito, patrona de los queretanos.
“Don Nicolás, desde entonces, imbuyó en el ánimo de su hijo, Nicolás González Rivas, la pasión por la más bella de las fiestas, con sus luces, su rito, su sangre y su sol, y fue así como ocho años después, en 1971, Nicolás González Rivas asumió la responsabilidad como empresario de esta plaza, la cual llevaría a su cargo por cuarenta años, manteniendo en el alma la esencia de un auténtico empresario taurino, capaz de confeccionar en un cartel, mucho más allá de su rentabilidad económica, lo más variado e importante de ese mundo tan maravilloso como enigmático.
“Ambos, padre e hijo, escribieron una historia brillante, desde el primer cartel ( 22 de noviembre de 1963) en el que partieron plaza Antonio del Olivar, Alfredo Leal y Miguel Mateo “Miguelín”, hasta estos días que corren, pasando por aquellas históricas tardes en que faenas de Manolo Martínez y de Paco Camino inmortalizaron para siempre el ruedo de la plaza queretana.
“Aquí, sobre esta arena, se reinventó el toreo cuando Paco Camino lidió a `Navideño´, aquel bravo y noble ejemplar de la ganadería de Javier Garfias; aquí se entronizó para siempre al inconmensurable Manolo Martínez; aquí se contrastó la bronca a Paco Ojeda con la majestuosidad de sus particulares verónicas; aquí tuvo una despedida de ensueño José María Manzanares padre; aquí se vieron algunas de las últimas y señeras chicuelinas de Alfonso Ramírez, `El Calesero´; aquí se graduó de matador de toros Miguel Espinosa “Armillita Chico”; aquí alcanzaron la gloria Eloy Cavazos, Jorge Gutiérrez, Curro Rivera, Raúl García y Pedro Moya `Niño de la Capea´; aquí pasearon con dignidad y grandeza las figuras de Santiago Martín, `El Viti´, Manuel Benítez, `El Cordobés´, Joselito Huerta, Jesús Solórzano o Antonio Lomelín; aquí se consolidaron grandes ganaderías; y aquí, entre otras muchas cosas, se vivió hasta una corrida goyesca con un cartel de ensueño: Paco Camino, Manolo Martínez y Curro Rivera, con un encierro de Javier Garfias.”*
* Fracción del texto publicado en: AlToro.Mexico. com El 24 de diciembre de 2013.
IMÁGENES DE LA PLAZA DE TOROS SANTA MARIA, EN QUERETARO
EXTERIOR E INTERIOR DE LA PLAZA DE TOROS