- Cap. Francisco Al-Faro
HISTORIA DEL PASODOBLE NOVILLERO
Huamantla, Tlax. Cap. Al-faro. Cuentan que Agustín Lara quiso ser torero porque él, que compartió su vida con algunas de las mujeres más bellas de su época, adornado por una cicatriz que le cruzaba la cara desde que contaba con 30 años, producto de un altercado en un cabaret con una corista, decía de sí mismo que tenía “un perfil de cara dura” y que “para ser torero no hace falta ser guapo, como no lo fueron Gaona, Manolete ni Silverio Pérez”. No lo fue, pero dejó escritas bellas páginas musicales dedicadas a toreros y al mundo que le rodea, como este pasodoble que hoy nos ocupa, “Novillero”, su primer tema taurino, que fue compuesto en los primeros años de la década de los treinta. En un principio estaba dedicado a un novillero que entonces empezaba a destacar en el panorama taurino mexicano, Fermín Rivera, pero este declinó la deferencia pensando que la letra tenía algo de presagio funesto. Fermín se quedó sin pasodoble y Agustín, que no tenía demasiados escrúpulos al dedicar sus canciones, incluso algunas llegó a dedicarlas varias veces, pensó en dedicárselo a otro novillero puntero del momento, Lorenzo Garza, hasta que finalmente lo dedico a él, a continuación se presenta la inolvidable letra de ese inmortal pasodoble, finalmente diremos que el “flaco de oro”, le agradaba asistir al tendido de sol, pero a sus parejas les molestaba el “astro rey”, situación que lo hizo cambiar y asistir al tendido frio de “Sombra”.
e continuación anotamos la letra de ese inolvidable pasoble:
NOVILLERO
Un domingo en la tarde
Se tiro al ruedo
para calmar sus ansias
de novillero.
Torero,
valiente,
despliega el capote sin miedo,
sin miedo a la muerte.
La virgen
te cuida,
te cubra con su manto
que es santo mantón de Manila.
Muchacho,
te arrimas
lo mismo en un quite gallardo
que en las banderillas.
Torero,
quién sabe
si el precio del triunfo
lo paguen tu vida y tu sangre.
Muchacho,
te arrimas
lo mismo en un quite gallardo
que en las banderillas.