La discriminación: comportamiento que acompaña al hombre desde su origen

La discriminación consiste en tratar a una persona, grupo o institución de manera diferente y perjudicial. Y puede deberse a diferentes motivos: raza, sexo, género, ideas, lugar de procedencia, aspecto físico, etc.

La discriminación no es algo nuevo, puesto que existe desde los orígenes de la humanidad, ya que desde siempre se ha discriminado a otros individuos por cuestión de sus recursos, orígenes o inteligencia, e incluso pueblos enteros por sus ideas diferentes en cuanto a la religión o la política.

La discriminación ocurre con frecuencia en todas las sociedades. Aunque la opinión pública critique algunas formas de discriminación como pueden ser el racismo o el machismo, apenas se inmuta ante sucesos discriminatorios que pueden ocurrir en el día a día como el que sufren, por ejemplo, las personas obesas, las personas con discapacidad o simplemente las mujeres.

La discriminación puede ser un fenómeno individual o colectivo, y puede tener diferentes causas como la situación económica o social, ya que ya las personas de escasos recursos o con una mala situación económica sufren este tipo de comportamientos.

La ideología de los individuos también es una de las principales causas de que se lleven a cabo los comportamientos discriminatorios hacia determinados grupos sociales. Incluso el miedo y hasta la personalidad sumisa e imitativa puede provocar que algunas personas no dispongan de la suficiente capacidad crítica y simplemente se dejen llevar por otros.

La influencia del grupo también hace que muchas personas vean como normales los comportamientos discriminatorios. Pero la necesidad o el interés puede hacer que se manifiesten conductas discriminatorias hacia individuos o grupos sociales considerados como inferiores.

La discriminación provoca que las personas víctimas de este comportamiento sufran consecuencias a nivel psicológico. Las personas sufren ansiedad, culpa, depresión y sentimientos de soledad.

Pero también pueden sufrir otros problemas, como dificultades para conseguir empleo, abandono escolar e incluso la muerte.

Existen diferentes tipos de discriminación que definitivamente debemos erradicar, como la discriminación individual, que es la realiza un individuo a otro. Es decir, cuando una persona trata de manera distinta y negativa a otra persona, sin que exista una razón contextual diferenciada.

También existe la discriminación institucional, la que se realiza en las instituciones públicas o privadas donde llevan a cabo algún tipo de discriminación en función del sexo, raza u otros motivos. Un ejemplo puede ser la vivienda exclusiva o una oferta de trabajo que pide el idioma “ingles”, excluyendo a aquellas personas que no lo hablen ese idioma pese a no ser un requisito real para el puesto al que se aspira.

Pero así como existe la discriminación individual, también existe la que se da de forma colectiva, cuando se da un trato de inferioridad a un grupo de personas. Como es el caso de la discriminación hacia los inmigrantes o al colectivo LGTBI.

Discriminación directa es la forma más conocida de discriminación y la más visible, en la que la persona que la sufre recibe un trato injusto de otra persona debido a sus características. Es más fácil de detectar. Por ejemplo, no aceptando a una mujer en un empleo solamente por no ser hombre, o marginando a una persona homosexual por tener un lenguaje corporal distinto.

El racismo es una de las formas de discriminación más conocidas. También se conoce como discriminación en función de la raza o la etnia a la que la persona pertenece, y ocurre porque un individuo o varios pertenecientes a una raza tratan con inferioridad a otra persona o personas de otra raza. Por ejemplo, la discriminación hacia la gente de color, hacia los judíos o hacia los gitanos.

El sexismo es otra de las formas de discriminación más conocidas, en el cual se infravalora a las personas del sexo opuesto. Así como la discriminación por maternidad suele surgir en el entorno laboral, pues hace referencia a tratar a una mujer de manera diferente (ya sea empleada o demandante de trabajo) por la posibilidad de tener hijos. Existe una ley que prohíbe este tipo de conducta discriminativa.

La discriminación religiosa es cuando un individuo o grupo de individuos reciben un trato injusto y desfavorable por no practicar o compartir las ideas religiosas de la sociedad en la que vive.

La edad también es motivo de discriminación. Suele llevarse a cabo, sobre todo, en entornos laborales, en los que se considera que la edad idónea para trabajar es de los 25 a los 45 años. Las personas con mayor edad pueden quedar fuera del mercado laboral y no interesar en determinadas ofertas de trabajo. También recibe el nombre de ‘viejismo’, aunque también se produce, en determinados contextos, una discriminación hacia las personas jóvenes.

Discriminación por discapacidad o enfermedad, cuando las personas reciben un trato injusto por sufrir alguna discapacidad física o mental, o por sufrir alguna enfermedad. Las consecuencias pueden ser tanto de trato personal como de acceso a puestos de trabajo, entre otros perjuicios.

Discriminación por ideología política ocurre cuando un individuo o grupo de individuos reciben un trato desfavorable por no compartir las ideas políticas con la sociedad en la que vive. Esto puede generar desde marginación social hasta represión, como ocurrió durante el Franquismo con miles de comunistas y anarquistas españoles.

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