- Sergio Martínez Estrada
Se reanudaron las ediciones de la Marquesada que se hacen año con año, luego que en el 2017 fue suspendida en solidaridad con los afectados por el sismo que sufrimos en nuestro país, este año se volvió a realizar con el mismo orden y asistencia con el que se hacen siempre, gran cantidad de asistentes, orden en todos los aspectos, empezando por los burladeros que estuvieron bien hechos, fuertes y bien colocados, con buenos amarres para que no se caigan o se aflojen. Para ello, una comisión los revisa poco antes de que dé inicio la suelta de los toros, la venta de alcohol está prohibida en todos los establecimientos comerciales a la redonda. Se reanuda la venta hasta que da por terminado el evento.
En punto de las doce del día, sale desfilando la señorita Marquesa y sus princesas, acompañadas por una banda de música de viento, cuando terminan el recorrido por el circuito se suelta el primer toro, los cuales van saliendo de uno en uno, la modalidad aquí es soltar un toro por un extremo del circuito y guardarlo en el otro extremo, sin tener un límite de tiempo para que el astado recorra el circuito como puede tardarse, o bien puede ser casi de inmediato desde que lo sueltan hasta que lo vuelven a encajonar. Como desde hace algunos años, hubo saldo blanco, con lo cual se comprueba que los accidentes los provocan las personas en estado etílico.
Al término del encierro, hay guerra de bandas de música por todo el parque, las principales calles y la explanada de capuchinas que es de las principales zonas por ser el lugar donde está ubicado el convento de capuchinas y es donde se coloca un escenario para que toquen bandas de todos los géneros musicales, la diversión es sana y completamente familiar.
