Primer año de crisis y faltan cinco

  • ManuelRojas

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador cumple un año de ocupar la presidencia de la República. Y en estos 12 meses, se han vivido diferentes crisis que han puesto a prueba la popularidad del titular del Ejecutivo. La primera de ellas, el desabasto de gasolina, cuando en enero de este año, decidió enfrentar el robo de combustible cerrando varios ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).

El resultado fue el desabasto de combustible en varios estados del país, principalmente en Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Querétaro. Las pérdidas económicas se estimaron, en la primera semana, en mil 250 millones de pesos, de acuerdo con organizaciones como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), reportó BBC.

La segunda crisis fue la que ocurrió en Tlahuelilpan. López Obrador tenía 49 días de ocupar la silla presidencial, cuando una fuga de combustible en uno de los ductos pinchados por ladrones de combustible en Tlahuelilpan, Hidalgo, explotó. Murieron 137 personas. Aunque la fuga se detectó a las 14:30 y un grupo de 25 soldados intentaron alertar a la gente que no se acercara, las personas no dejaban de llegar para rellenar bidones y garrafones. Cuatro horas después la fuga se convirtió en una columna de fuego.

La tercera crisis fue la de la migración y aranceles. Como presidente electo, López Obrador anunció una política de puertas abiertas y libre tránsito para todos los “hermanos centroamericanos”, en su camino a llegar a Estados Unidos. Pero la expectativa tiene la mala costumbre de chocar con la realidad. Y la realidad, en este caso, se llama Donald Trump.

El 30 de mayo, Trump dio de plazo al gobierno mexicano 10 días para detener la migración a Estados Unidos o de lo contrario impondría impuestos de 5% a productos mexicanos que entraran al territorio. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, tuvo que viajar con una comitiva a Estados Unidos para frenar la amenaza, lo que eventualmente consiguió, aunque no fueron reveladas las condiciones para ello.

Lo que sí sabemos es que a partir de ese momento, México se convirtió en el primer filtro de Estados Unidos para evitar con la recién estrenada Guardia Nacional, que más migrantes centroamericanos llegaran a su territorio.

La cuarta crisis fue la guerra en Culiacán. Balaceras, víctimas, terror, desaciertos y una opaca comunicación oficial. Esos fueron los ingredientes que detonó uno de los operativos de seguridad peor ejecutados en lo que va de la administración del presidente López Obrador.

A las 14 horas del jueves 17 de octubre, cuando estudiantes salían de las escuelas y los habitantes de Culiacán salían a comer comenzó un tiroteo entre elementos del Ejército y presuntos criminales. Ese día, unas horas más tarde #Culiacán se convertiría en trending topic en Twitter.

Casi cinco horas más tarde (a las 20:40), el gabinete de Seguridad, con el secretario Alfonso Durazo al frente, ofreció una conferencia de prensa, en la que leyó un comunicado de dos minutos. En él dijo que el Ejército hacía un rondín de rutina cuando fue atacado desde una casa, en la que, por casualidad, estaba Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo.

“Con el propósito de salvaguardar el bien superior de la integridad y tranquilidad de la sociedad culiacanense, los funcionarios del gabinete de seguridad acordamos suspender dichas acciones”, señaló Durazo. Después se daría a conocer que en realidad sí había sido un operativo y que sí iban por el hijo de El Chapo, para arrestarlo y mandarlo a Estados Unidos porque había una orden de aprehensión. Y no solo eso sino que miembros del Cártel de Sinaloa había sitiado la zona habitacional de las familias de los militares para obligar a las autoridades a liberar a Ovidio.

La quinta crisis sucedió por el ataque a la familia LeBarón. Aun no pasaba el trago amargo de los hechos en Culiacán y sucedió el ataque a la familia LeBarón, cuyo blanco no fue un grupo rival, sino tres mujeres y seis niños incluidos tres bebés.

A plena luz del día, el 4 de noviembre de 2019, un comando acribilló las camionetas en las que viajaban las víctimas y luego les prendió fuego, en los límites de Sonora y Chihuahua. Los hechos han impactado, incluso, las relaciones entre México y Estados Unidos, pues todas las víctimas eran de nacionalidad estadounidense. Trump dijo que estaba trabajando para que los cárteles del narco sean declarados como grupos terroristas, a lo que Ebrard ha dicho que defenderá la soberanía nacional.

Relacionados

Pin It on Pinterest