Prueba superada

  • Pueblerina mágica

Me sume a la causa porque soy mujer, porque soy una mexicana que también quiere que se terminen los feminicidios. Porque quiero que se termine la injusticia por el simple hecho de ser mujer, que se termine la discriminación. Soy una mujer que quiere que no haya violencia física ni psicológica ni de ningún tipo por el simple hecho de ser mujer. Me sumé a la causa porque además como madre, como hija y como una persona que sale todos los días a trabajar y porque creo que también tengo que ser un ejemplo en ese sentido. Pero pasemos a otro tema.

Qué cree usted queridísimo vecino de este pueblo mágico, pues que al flamante presidente de la Peña Taurina A.C. Toñito, se le quitó lo gritoncito, después de que a los mil vientos casi casi culpó de todos los agravios a los miembros de la peña al seriamente comprometido, para que ahora ya no diga ni pío, así me lo contó mi comadre la de la mano chiquita, quien me dijo que este personajito acudió a un evento que nadie supo si era público o privado porque según mi comadre, no había medios de comunicación, salvo quienes no pueden patear el pesebre claro está, y seguro nadie lo patearía cuando hay varios melones de por medio. Antes eran chayotes, ahora son melones. El punto es que tal parece que todos los agravios ya se terminaron después de que en lo obscurito una noche muy fría tomó protesta toñito, pues ahora al interior del tan peleado museo taurino participó en un evento que según el ayunta-te-miento del pueblo mágico es una forma de apoyar el desarrollo cultural. Qué felicidad que seguramente ya hayan hecho las paces.

Ahora que ya no sé si reír o llorar después de enterarme que el gobierno municipal del seriamente compungido recibió un reconocimiento por contribuir a mejorar las condiciones de salud de los habitantes. Lo que está claro es que en la secretaría de salud del estado a través de la dirección de atención primaria, seguro han de estar ciegos, sordos, o de plano tontos, porque en el pueblo mágico existen varios lugares donde si algo hay es insalubridad. Si no es cierto camine usted por algunas de las comunidades donde hay basura por todos lados y heces fecales de perros callejeros por todas las banquetas, así es en San Sebastián, San Lucas, Ignacio Zaragoza, por decir algunas comunidades, o qué le parece el andador San Luis dónde los olores son desagradables y hay vendedores de alimentos y roedores conviviendo todos los días.

Seguramente este reconocimiento se debió al excelente trabajo que ha realizado la regidora de salud, esposa de un ex candidato a la presidencia municipal. Este trabajo ha sido tan excelente como el que han hecho los regidores de seguridad, finanzas, educación y derechos humanos. Estos servidores públicos son tan buenos en lo que hacen que por eso nadie los conoce y mejor que se queden así, porque son la peor vergüenza que este pueblo mágico haya podido tener. No los menciono porque ya de por sí ha de ser bastante penoso que cobren su salario a costillas de los ciudadanos y ser cómplices del peor presidente que este pueblo mágico haya tenido, pues según mi comadre Gaby, el actual ya superó con creces al ixtlapache de cola pachona.

Seguro que se ha contribuido a mejorar las condiciones de salud con el desabasto de agua potable, pues con eso de que el nene consentido que dirige la comisión de agua potable se da tiempo para pasear por las doce puertas, de la mano de uno de sus compañeritos, mientras en las comunidades no hay agua, eso sí es  eficacia, pero eso no importa porque mientras la reina de reinas esté al frente de la administración, no importa lo que digan los plebeyos.

Oiga usted qué vergonzoso ha de ser que el seriamente arrepentido ya no sepa ni para donde hacerse, porque entre regalar zapatos y cobijas y dar a poyos, se le olvidó que después de ganar la elección prometió que el pueblo mágico tendría un rastro nuevo y quitaría el comercio ambulante. No cabe duda que el pez por la boca muere, y si a eso le agrega usted que ya anuncia en sus redes sociales, las que por cierto le maneja el fotógrafo que un día se retrató en poses sugestivas en una oficina del ayunta- te- miento, y casi todos los fines de semana anda borracho, como un gran logro la instalación de un cine, eso sí que demuestra que el hábito no hace al monje.

 

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