- Ariadna Huerta
Tlaxcala, Tlax.- El diputado local de Morena por el distrito 11, Ramiro Vivanco Chedraui, señaló que es necesario que se realice una revisión a las listas de empleados de los Ayuntamientos del Estado, para detectar a los servidores públicos que han colocado a familiares en la administración pública municipal.
En entrevista con El Imparcial de Tlaxcala, el Legislador se pronunció a favor de terminar con el nepotismo, ya que es una práctica recurrente en el Estado, que debe ser erradicada en todos los Ayuntamientos, para evitar actos contrarios al interés de los ciudadanos.
Ramiro Vivanco explicó que el nepotismo es una preferencia por los parientes, a quienes se les otorgan cargos públicos, pero hay casos en que se convierte en una desmedida preferencia, que algunos dan a sus familiares y hasta amigos para ocupar empleos públicos.
Se mostró a favor de aprobar reforzar la Ley contra el nepotismo para dejar sin efecto los contratos de aquellas personas que hayan sido convenidos por tener parentesco con familiares, algo que no tiene el visto bueno.
Ramiro Vivanco afirmó “el nepotismo es la primera etapa de la corrupción donde se pasa a una persona y que no tiene los méritos para ser contratada. Es una práctica que deja mucho que desear, es una práctica consuetudinaria que se debe analizar”.
“No queremos amiguismo, influyentismo, no queremos nepotismo, nada de llenar de familiares los gobiernos municipales, los gobiernos estatales, no es el gobierno de la familia, nada de que llegaron mi primo y mi cuñada, mi tía y van a estar ocupando cargos en el Ayuntamiento, eso lo reprobamos, no luchamos para eso”, puntualizó.
Relató que esta práctica ha trascendido la historia, “la palabra nepotismo, procede del latín nepos, nepotis. Los nepotes son en latín los sobrinos o los nietos. Esta práctica o tendencia consistía en la cooptación de cargos por parte de alguien que ostentaba ya un poder, para destinarlos a sus parientes o descendientes, se generó en el ambiente de la curia romana, en la Iglesia de fines de la Edad Media y el Renacimiento, en que muchos altos cargos eclesiásticos eran directamente asignados a los parientes o descendientes de familias nobles que ya tenían un miembro en la alta Curia Romana, llegamos a la actualidad y se sigue realizando no obstante que está prohibido”.