Redacción
El primer Santuario del Ajolote en el País.
Los ajolotes son originarios del centro de México incluido Tlaxcala donde el agua es más tibia y puede reproducirse. Los ajolotes no tienen parecido específico con ningún anfibio adulto, de hecho, este es más bien parecido con su primo cercano el renacuajo, sin embargo este es de tamaño más grande y cuenta con patas y cola, su sistema respiratorio es muy similar al de los peces por lo que están hechos para vivir en el agua.
Los ajolotes no tienen párpados por lo que deben permanecer en una zona oscura, ya que un lugar con mucha luz, podría lastimar sus ojos. Aunque la mayoría vemos que los ajolotes son de un tono rosado, cabe decir que no sólo existen en ese color, también hay negros, marrones, blancos y hasta albinos.
Los ajolotes se aparean a los 12 meses de nacidos, ya que a esa edad ya son lo suficiente maduros para tener descendientes, una ajolote puede llegar a poner entre 300 a 1000 huevecillos, los cuales tienen una consistencia gelatinosa.
A pesar de que los ajolotes maduran rápidamente, su periodo de vida es bastante largo, ya que pueden llegar a vivir entre 10 y 12 años, sin embargo muchos mueren si son muy pequeños, puesto que corren peligro constante de ser devorados por sus amigos ajolotes.
Estudios recientes han revelado que estos animalitos pueden regenerarse. Sí el ajolote se lastima su cola, esa parte puede volver a crecer. De tal forma que varios de sus órganos pueden volver a existir o mejorar fácilmente si están dañados, lo que ha generado una ola de nuevos estudios sobre su anatomía.
En el 2010 el ajolote fue declarado en peligro de extinción principalmente por la destrucción de su hábitat, incluso por su comercialización clandestina donde también resalta Tlaxcala como los lugares donde más se comercializan, sin embargo, para evitar su exterminio el gobierno estatal y algunos municipales han buscado la forma de resguardarlo.