Editorial

Indignante, inhumano, aberrante y sin palabras, resulta lo sucedido al término de las Carreras de Carcachas este sábado como parte de los eventos principales de la Feria de Huamantla, en donde un sujeto, por llamarlo de una forma, de forma intencional atropelló a una pareja de esposos, quienes aprovechando la afluencia de gente, acudieron al circuito a vender sus productos para obtener un ingreso extra.

Nunca se hubieran imaginado que uno de ellos ya no regresaría con vida a su hogar, donde los esperaban sus pequeños hijos. Aberrante, de verdad aberrante y reprobable la conducta de este ser inhumano que en su furia, coraje y brutalidad, haya pasado a traer a estas personas. Ojalá se haga justicia y se dé con el o los responsables de este aciago crimen para que paguen por lo que hicieron y de no ser así, que la justicia divina se encargue en algún momento de su vida de cobrarle este cobarde hecho.

Es muy lamentable que eventos que son parte de un programa que se hace con la intención de enaltecer una festividad patronal, se manchen con hechos de este tipo, comprobado está que el consumo excesivo de alcohol es lo que provoca desmanes, problemas y desgracias; no es un grupo ni un género musical, no es la aglomeración de gente, no es ni siquiera la falta de logística o desorganización, pues un ejemplo de ello es la inauguración de feria, en donde se congregaron miles de personas en un espacio cerrado y afortunadamente la gente fue a cantar, a bailar y a divertirse sanamente. Pero aquí el punto fue que durante el evento no se permitió la venta ni consumo de alcohol.

Así que si las autoridades quieren que los eventos feriales se desarrollen en armonía, simplemente se debe restringir la venta de bebidas embriagantes, no hay más. Y por otra parte, el Club Automovilístico de Huamantla, encargado de organizar las carreras de Carcachas, que dicho sea de paso de carcachas no tienen nada más que la carátula, deben de prohibir a los pilotos y copilotos el consumo de alcohol antes, durante y después de las competencias, toda vez que al calor de las copas, si no obtuvieron los resultados deseados comienzan las rivalidades que de las palabras pasan a los golpes, siendo que ellos son los primeros que deben poner el ejemplo para evitar desmanes al término de las carreras. Si quieren evitar que este evento se suspenda, los organizadores deben imponer reglas más estrictas para evitar la cancelación del evento.

Una excelente noticia que vislumbra un poco de justicia y castigo para los altos funcionarios, se vislumbra con el hecho de que fueron congeladas las cuentas de Rosario Robles y Emilio Zebadúa por el caso de la famosa “Estafa Maestra” que fue ventilado tiempo atrás por el medio periodístico Animal Político.

La ex titular de la Secretaría de Desarrollo Social ahora quiere hacerse pasar como la víctima e inocente, que incluso ya declaró que es parte de un linchamiento mediático, que ha influido en los órganos encargados de procuración de justicia y ha puesto en riesgo su integridad, su derecho a la honra y el debido proceso.

Leer para creer, hasta cómicas resultan las declaraciones de Rosario Robles, quien durante el gobierno Peñista, gozó de numerosos privilegios y a su cargo pudo disponer de miles de miles de millones de pesos, con lo cual acumuló una abundante fortuna. Sí sería bueno saber el monto de esas cuentas congeladas. Aunque cabe aclarar que este tipo de políticos son muy abusados y es muy probable que muchos de sus recursos no estén a su nombre.

Luego del congelamiento de sus cuentas, Robles Berlanga dirigió una carta al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en donde afirmó que el próximo 8 de agosto comparecerá ante el juez de control del reclusorio sur para que la Fiscalía General de la República formule imputación en su contra por ejercicio indebido del servicio público.

La ex funcionaria también acusó que ha habido filtraciones indebidas y violaciones a sus derechos, por lo cual pidió que en el proceso al que será sometida se consideren estos hechos para que no influyan en el ánimo del juzgador. Pobre mujer, tan vulnerable ahora.

Aunque los delitos por los que es acusada Robles no merecen prisión preventiva, por lo que podría llevar su proceso en libertad, un juez de amparo le concedió una suspensión provisional contra cualquier orden de aprehensión o de comparecencia. Si el miedo no anda en burro, ¿verdad?

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