Redacción._En la antigüedad, felicitar, dar regalos y rodear la tarta de velas de manera circular formaba parte de un ritual que protegía al homenajeado de los malos espíritus durante un año.
En el antiguo Egipto, los faraones, en sus cumpleaños ordenaban cerrar los negocios y daban enormes fiestas para cientos de sirvientes.
En Grecia, hombres ricos se juntaban en una suerte de clubes, los cuales eran exclusivamente de hombres que compartían sus cumpleaños. Los griegos creían que toda persona tenía un daemon (espíritu protector, que estaba presente el día de su nacimiento y que cuidaba de ésta durante toda su vida.
Los romanos adoptaron esta idea, que con el tiempo, llegó hasta nosotros en ideas como la del ángel de la guarda, el hada madrina y el santo patrón.
La costumbre de un pastel con velas en forma de círculo también comenzó con los griegos. Sobre los altares del templo de Artemisa se colocaban pasteles redondos como la luna, hechos con miel, y adornados con cirios encendidos.
El fuego está relacionado con los sacrificios, tiene un significado místico desde el tiempo en que el hombre comenzó a erigir altares a sus dioses, de modo que las velas de cumpleaños rinden tributo a la criatura que celebra su cumpleaños y le traen buen suerte. La creencia popular es que las velas pueden conceder deseos.
Los emperadores romanos daban grandes fiestas en honor a su propio cumpleaños, que incluían circos, combates de gladiadores, etc. El calendario Romano designaba días para alguna forma de festejo, incluyendo cumpleaños de dioses y hombres famosos. Además de la astrología, de la que se valió el origen de este festejo.
Esto causó, durante años, que la Iglesia Católica considerara que la celebración del cumpleaños era un rito pagano.
Fue hasta el siglo IV d. C., cuando se empezó a difundir la fiesta de la Navidad como cumpleaños de Cristo, el 25 de diciembre en occidente y el 6 de enero en oriente. Con el tiempo, también los cristianos festejaron sus propios cumpleaños uniéndose al de su Salvador.
Restos de este sentido cristiano del cumpleaños queda en una antigua tradición alemana, que ponía en las tortas de cumpleaños la cantidad de velas que correspondían a la cantidad de años del cumpleañero, más una vela grande que era: la “luz de la vida” o la “luz de Cristo”.
Actualmente en el mundo occidental, los motivos de festejo están enfocados a las técnicas mercadotécnicas, que hacen que predomine un ambiente de consumismo inevitable. El capitalismo, como método de influencia, es quien obtiene las consecuencias benéficas de los festejos motivados por el cumpleaños, aunque se sigue conservando el ambiente festivo, los motivos se han vuelto totalmente personales más allá de la religión o la buena suerte.
El festejar el cumpleaños aunque una de las tradiciones más conservadas, también es de las que más cambios ha experimentado.