ELECCIONES 2021

  • Berenice Hernández

El año electoral ha comenzado y resulta interesante, justamente por el rumbo que tomará el país. Yo creo que MORENA podría adjudicarse una buena tajada de los diferentes puestos políticos que se estarán disputando en estas elecciones y ello se deberá, sin duda alguna, a la fuerza política que posee el actual presidente López Obrador; cuya figura todavía se sigue asociando al partido. Desde las elecciones del año pasado quedó claro que MORENA no era un partido que gozará de unidad y mucho menos de una estrategia política que lo posicionará electoralmente. Las divisiones e incongruencias que existen dentro del partido podrían llevarlo eventualmente a un camino a la deriva, donde el proyecto político pensado desde una perspectiva izquierdista sea desplazado por los intereses de un reducido grupo de personas.

El papel que desempeñará el Instituto Nacional Electoral (INE) y su consejero presidente, Lorenzo Córdoba, es otro factor que no podemos dejar de considerar dentro de esta contienda electoral. Desde las pasadas elecciones también se hizo patente que el INE y su consejero presidente seguirían pasando por alto los flagrantes delitos electorales cometidos por los anteriores partidos en el poder (tal como se estilaba en años anteriores); sin embargo, ahora también ha dado una muestra del poder que goza y de las capacidades que le son atribuidas, al tener la última palabra con respecto a quienes pueden ser los candidatos de MORENA.

Ciertamente yo me posiciono en contra de la candidatura de Félix Salgado Macedonio al gobierno del estado de Guerrero; sin embargo, tengo claro que la justificativa del INE para no aceptar su candidatura no tiene bases que la sostengan y que, en todo caso, esta negativa termina evidenciando un juego político que recurre a la institución que preside Córdova para dejar fuera de la contienda electoral (sí o sí) al gran favorito de la región. Que la institución que regula nuestras practicas democráticas esté en manos de un personaje racista y clasista como lo es Lorenzo Córdova definitivamente también es algo que me preocupa, ya que puedo dilucidar su actuar en estas y futuras elecciones.

Pareciera que los grupos políticos, sectores empresariales y todos aquellos que fueron favorecidos por el régimen de gobierno que imperó en México a lo largo del siglo XX y que se mantuvo todavía en las primeras décadas tras la alternancia partidista que tuvo cabida con la entrada del siglo XXI, siguen velando por sus intereses político-económicos amparados por la institución que regula el modelo democrático del país. De esta forma, mientras el INE permanezca en manos de funcionarios ligados con las viejas oligarquías que detentaron el poder, el pronóstico de la vida democrática de nuestra nación no será muy favorable (para el grueso de la población).

Conforme al estilo que lo caracteriza, hace poco el presidente López Obrador utilizó el espacio que el mismo instauró para mantener un canal de comunicación con los medios y la opinión pública para traer a discusión uno de los eventos más llamativos de las recientes décadas, como lo fue el montaje de la captura del presunto líder de una banda denominada “Los Zodiaco”, Israel Vallarta, y de su entonces pareja sentimental, la ciudadana francesa Florence Cassez, en el año 2005. El papel que jugó el autodenominado periodista Carlos Loret de Mola en todo este fenómeno televisivo nos invita a pensar en el papel que desempeñaron los medios de comunicación, sobre todo la empresa Televisa, en la construcción del sistema político que se instauró con el gobierno panista presidido por Felipe Calderón en 2006 y con el priísta presidido por Enrique Peña Nieto en 2012.

En ambos casos se trato de la preservación del status quo que se había mantenido desde el último tramo del siglo pasado (concretamente desde el gobierno de Miguel de la Madrid), en que el Estado mexicano se había constituido como el actor político que velaba por los intereses de unos cuantos (aquellos de concentraban la riqueza). Pero aquí lo que interesa es justamente la actuación de la televisora más antigua del país en el escenario electoral del 2006, el 2012 e incluso ante la tragedia del sismo del 19 de septiembre de 2017 (concretamente el caso de la inexistente niña Frida Sofía), para contextualizar su desempeño actual y lo que se puede esperar de esta televisora en la presente administración gubernamental, así como en el contexto de esta contienda electoral.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que en el país estamos cumpliendo nuestro primer año de este encierro y distanciamiento forzado, y que ya estamos esperando las repercusiones de la anunciada tercera ola; en vista de que un gran número de personas se movimentaron en estas vacaciones, aún a sabiendas de que ello podría motivar el colapso de los centros de salud que dan atención específica a los casos Covid, tal como sucedió tras las reuniones decembrinas. Indiscutiblemente el personal del sector salud, en sus diferentes áreas de trabajo, es el que más duramente ha lidiado con esta pandemia y con las imprudentes acciones de una población que se ha negado en seguir las recomendaciones de permanecer en sus hogares y evitar las aglomeraciones. Esta “nueva normalidad”, novedosa y sorpresiva en muchos sentidos, también servirá como escenario de fondo de la presente contienda electoral y por ello no debemos perderle de vista.

En ultima instancia MORENA podría posicionarse como el gran vencedor de las elecciones de este año y quizá de las subsecuentes, pero si sigue procediendo de la manera en que lo ha venido haciendo desde la salida de su fundador, la fuerza y potencial del partido no pasará de la presente administración. En lo que respecta a la coalición “Va por México” que aglutina a las pasadas fuerzas políticas encarnadas en los partidos PRI, PAN y PRD no deja de ser un fenómeno interesante en el actual escenario político del país, no porque la incongruencia de la alianza de partidos ideológicamente opuestos (como lo son el PRD y el PAN) no se hubiera registrado antes (recordemos el “Pacto por México” de finales 2012) sino, sobre todo, porque esta alianza en el contexto de una llamada cuarta transformación nos lleva a reconocer la existencia de dos proyectos concretos y opuestos de país: por un lado, aquel que tiene una visión amplia de la nación y que contempla a la mayor parte de su ciudadanía; y por otro, aquel que se ocupa en velar por los intereses de un reducido número de ciudadanos (nacionales y extranjeros), aquellos que concentran una gran riqueza a expensas del grueso de los mexicanos.

En lo que a mi concierne, después de conocer los privilegios de los que gozan empresas como Bimbo, Oxxo y Walmart para la condonación de sus pagos de servicios eléctricos, tengo claro que el proyecto de nación que me interesa apoyar es aquel que contempla al grueso de la ciudadanía, sobre todo al sector más pobre y olvidado. En vista del potencial político e ideológico del que todavía goza MORENA en este 2021, la mayor parte de mis elecciones seguramente se inclinarán por este partido, aunque tenga claro las incongruencias y contradicciones del mismo, así como el futuro que le espera si los militantes de base no toman las riendas del partido y lo dejan en manos de aquella militancia proveniente del PRI, PAN y PRD.

 

Relacionados

Pin It on Pinterest