Modelo para jóvenes musulmanes que trasciende estereotipos

WAJAHAT ALI.-Si no estás escribiendo tu historia, otros la escribirán por ti. Esto es lo que ha sucedido a los musulmanes en Estados Unidos durante demasiado tiempo.
Hemos estado en EE.UU. desde el siglo XVI, pero raras veces hemos tenido la oportunidad de contar nuestros propios relatos en libros de historia, películas y programas de televisión. En vez de ello, hemos sido retratados como los villanos, extranjeros e invasores del país.
Los musulmanes que trabajan en cine y televisión a menudo me dicen que simplemente quieren historias que muestren a los musulmanes como “seres humanos”.
Es por eso que deseo que el Wajahat adolescente —quien ayunaba durante el Ramadán, pero también suspiraba por Jennifer Lopez y Winona Ryder— pudiera haber visto Ramy, una serie en Hulu.
Una serie para romper el estereotipo
Protagonizada por el comediante Ramy Youssef, se de un millennial musulmán confundido que trata de reconciliar su fe islámica y tradiciones egipcias con sus frustraciones sexuales y hábitos autodestructivos.
En la Universidad de California, en Berkeley, mi profesor de cuentos cortos, Ishmael Reed, me animó a escribir The Domestic Crusaders, un drama tradicional estadounidense visto a través de la óptica de una familia musulmana. Me dijo que, como hombre de color, aprendió desde un principio que el arte y la cultura son un medio para que el resto de nosotros se defienda y ponga las cosas en claro.
Es ridículo suponer que una serie de televisión o una versión musulmana de “Crazy Rich Asians” detendrá por sí sola la intolerancia que se intensificó tras el 11 de septiembre y que estalló en la era Trump.
No obstante, coincido con Youssef cuando señala que programas muy específicos como el suyo, con personajes musulmanes interesantes, pueden revelar nuestra humanidad compartida, y mostrarle al público un “corazón detrás de una estadística” y un “corazón detrás de los encabezados de los medios”.
La serie me ha dado mucho de lo que me faltó cuando era pequeño. Espero que su éxito allane el camino para nuevos relatos musulmanas, especialmente las centradas en mujeres musulmanas de color. Tal vez mis hijas verán qué hace falta, como yo lo hice, y serán las que escriban esa historia.
La lucha continúa, pero con Ramy, al menos la vara ha sido elevada.

Público en The New York Times International Weekly.

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