- Pueblerina Mágica
Fíjese usted que muy contenta acudí a la invitación de mí amiga Desi, para comer muy rico en la Hacienda donde la doña se hospedó cuando filmó la escondida en Huamantla, y resulta que me ahí me enteré que un aspirante, desde tiempo atrás que ya estaba planeando su gran proyecto político para buscar que algún partido lo abanderara para ser candidato a la presidencia municipal del pueblo mágico, y como sucede en la política, que todos se echan tierra y se dicen más populares uno que otro, pero se dice que este personaje fue a buscar a la Ciudad de México a otro personaje a la empresa donde laboraba, para platicarle sobre su proyecto, y hasta quería que la esposa de este aspirante de Morena fuera su suplente en una supuesta planilla que ya estaba formando, pero como ya dije, ni a cual irle.
Mi comadre Desi, también me contó que el seriamente comprometido ya tiene listas sus cuentas bancarias en Andorra, donde depositan todo su dinerito los priistas, por lo que ya nada le preocupa, pues según se rumorea en el bar “el callao”, con las ganancias de su salario como servidor público en el pueblo mágico, tiene para no trabajar por el resto de su vida y para poder ir de compras a las tiendas departamentales de la ciudad de Puebla, a las que acostumbraba acudir para comprar muebles. Y además está tan tranquilo, que ya ni la diabetes que padece le causa preocupación, pues según dice mi comadre, le están aplicando un tratamiento de células madre que lo están reviviendo a tal grado que está agarrando su segundo aire.
Algo que me llamó poderosamente la atención, fue la publicación en redes sociales de supuestas denuncias sobre acoso sexual que algunas chicas del pueblo mágico han sufrido. Sin embargo, sí quiero decir que como mujer estoy totalmente en contra de la violencia de cualquier tipo y obviamente en contra de que se violente a cualquier persona, sin embargo, las redes sociales no son el lugar para denunciar cualquier conducta delictiva, para eso están las instancias judiciales. Porque si una denuncia no se hace ante las autoridades, no se puede investigar y mucho menos castigar al responsable. La justicia no se consigue en las redes sociales, se logra en los tribunales.