Acusan a policías municipales de acoso sexual

  • Karla Cortés

Huamantla, Tlax.- “La verdad nunca en la vida me había pasado algo tan horrible como lo de hoy, me sentí vulnerable, me sentí débil, me sentí irrespetada, me siento violada verbalmente, no sé cómo poder explicar lo que siento en este momento, tengo mucha rabia de ver cómo pueden pasar este tipo de cosas y como yo dejé que la autoridad pasara sobre mi dignidad, no como mujer si no como ser humano”, relató una ciudadana de Huamantla a El Imparcial de Tlaxcala, para denunciar que fue acosada por dos elementos de la policía municipal cuando se dirigía a su domicilio.

“Yo todos los días tengo que salir muy temprano al gimnasio y cuando regresaba a mi domicilio eran exactamente las 7:30 de la mañana, y había una patrulla con el número 1489, que en lugar de brindarnos seguridad a las mujeres, nos siguen, nos acosan, nos dicen vulgaridades”, comentó a quien llamaremos María N. para resguardar su identidad.

“Me siguieron más de dos calles, hasta que llegué a la casa de un familiar y ahí me resguardé para después irme a mi domicilio. Esto sucedió en la calle Abasolo y luego me siguieron hasta la Bravo esquina con Galeana, no te quiero repetir las cosas que me iban diciendo”, agregó.

Visiblemente afectada por lo sucedido señaló que en ese momento “no pasaba un solo carro por la hora, yo tenía mucho miedo y mi única respuesta fue reírme con nervios de que algo me hicieran, me sentí tan pequeña tan vulnerable. Esto no puede seguir pasando, la autoridad aprovechándose de sus ciudadanos, me sentí irrespetada, me sentí en peligro, demasiado débil lo repito”.

Pidió “no más acosos, no más inseguridad en esta ciudad, con rabia les digo a todos que esta sociedad tiene que cambiar, no podemos seguir así”.

Dijo que “todos merecemos un trato digno seamos mujer o hombre y más cuando se trata de una autoridad pública, por favor no más, no quiero que nadie ninguna persona pase por este tipo de situaciones jamás.

“Apoyémonos, cambiemos nuestras actitudes y tratemos de educar a nuestros hijos para que sean seres integrales y no aprovechados, acosadores, violadores, necesitamos un cambio para esta sociedad malsana”, finalizó.

Pero esta no es la única denuncia de una mujer que asegura fue acosada por elementos de la policía municipal de Huamantla. “Eran como las siete de la mañana; yo caminaba de mi casa a la parada de autobús para ir al trabajo. Las calles estaban desiertas y en eso apareció una patrulla de la policía municipal, no recuerdo el número. Yo me crucé la calle y desde la otra banqueta, los oficiales empezaron a decir vulgaridades sobre mis pechos. Yo les dije: Estúpidos, busquen cómo lavarse la boca antes de hablarme”.

 

 

“Empezaron a seguirme, empecé a hablar por celular y empecé a decir: ‘Aquí me están acosando unos policías’. Al oírme, la patrulla se fue. Este es el testimonio de Dulce N., de 24 años. Pero es bastante seguro que muchas mujeres más podrían contar historias parecidas, porque a diario se viven este tipo de agresiones.

Además de las palabras, los hombres utilizan otras maneras para llamar la atención e intimidar. Por ejemplo; miran fijamente los pechos, el vientre o los glúteos. También lanzan besos sonoros al aire, hacen gestos vulgares y comentarios sexuales; pueden bloquear el paso obligando a la mujer a pasar en medio de un grupo de hombres y hasta hay quienes tocan o manosean en el momento menos esperado.

Para la sicóloga María Eugenia Delgadillo, los piropos son una forma de violencia verbal que utilizan algunos hombres. Al decir estas frases hacen uso de su poder para sentirse superiores, dueños del cuerpo y la sexualidad de las mujeres.

El piropeo se convierte en acoso sexual cuando es frecuente y repetitivo. Aunque la mujer le diga al hombre que sus palabras no le gustan, le conteste mal y le exija respeto, la mayoría de veces el tipo lo que hace es burlarse y seguir molestando, para demostrarle que él puede continuar con su acoso.

“El piropeo es una forma de violencia verbal y sexual. No lo tomemos a la ligera, como si fuera una expresión inocente de galanteo, porque puede tener consecuencias para nuestra seguridad”.

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