EDITORIAL

  • Redacción

Finalmente sabemos quién gobernará Tlaxcala para los próximos seis años, una mujer regresa al poder, aunque ya se predecía que el estado estaría dirigido por una persona del sexo femenino, era difícil determinar a quién elegiría la ciudadanía, pues en honor a la verdad, a ojos vistos la contienda parecía cerrada entre las dos coaliciones, la de “Juntos haremos historia” y la de “Unidos por Tlaxcala”.

También existía temor sobre el desarrollo de la jornada electoral, pues había visos de que podría desatarse la violencia en diferentes puntos del estado, de ahí el llamado constante a la paz y civilidad previo al domingo 6 de junio. Sin embargo, afortunadamente aunque se registraron incidentes, fueron menores en comparación con otros estados donde al mismo tiempo se desarrollaron elecciones.

Contrario a lo que podría haberse vislumbrado, la participación ciudadana fue muy meritoria, se superó el 65%, lo cual abona a la democracia y legalidad de quien ahora gobernará el estado, pues quiere decir que más de la mitad de la lista nominal de ciudadanos, acudió a las urnas a emitir su sufragio, hubo a quienes gustaron los resultados y por supuesto, a muchos… miles, dejó inconformes porque esperaban ganar la preferencia del electorado.

Hoy contamos con gobernadora, conocemos a quiénes habrán de integrar la LXIV Legislatura del Congreso Local, en los municipios hubo diversidad de preferencias; sin embargo, también se conocen a los gobernantes para los próximos tres años, aunque en algunas comunas existen inconformidades con los ganadores, tan es así que de manera insólita en Apizaco y Zacatelco, los ex candidatos se unieron para manifestar irregularidades en un proceso que calificaron ilegal.

Seguramente en los próximos días, sabremos cuál es la respuesta del Instituto Electoral de Tlaxcala ante las inconsistencias presentadas por los ex abanderados de los diferentes partidos políticos que se unieron contra los ganadores de ambas elecciones.

Sorprende que pese a todos los pronósticos y encuestas amañadas, Morena conservó la preferencia del electorado, pues no solo ganó el estado de Tlaxcala, sino 11 de 15 gubernaturas en disputa, aunque perdió algunos escaños en el Congreso de la Unión, seguirá conservando una mayoría si se unen los partidos de la coalición. En el plano local, en Palacio Legislativo Morena y sus aliados también seguirán siendo mayoría, pues de 15 curules, se adjudicaron 13 espacios; aunque falta determinar las diputaciones por representación proporcional, es un hecho que Lorena Cuéllar contará con aliados en el Congreso Local para gobernar sin altibajos desde el Palacio de Gobierno.

Indudablemente es una elección histórica por todos los elementos que se presentaron en este proceso electoral, primero porque se desarrolló en medio de una contingencia sanitaria mundial y segundo porque se registraron 19 mil 160 candidaturas en busca de un cargo de elección popular, lo cual hizo de este proceso uno de los más grandes en los antecedentes electorales.

Evidentemente los resultados obtenidos, en algunos casos sorprendieron a los propios ganadores, sobre todo en las diputaciones, pues hubo quienes sin hacer una campaña de altura, el efecto AMLO y Morena los volvió a alcanzar y resultaron triunfadores en su distrito. Como quiera que sea, habemus gobernadora, habemus diputados y habemus alcaldes.

 

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