Huamantla: de la alternancia a la calamidad políticas

  • Patricio Lima

Huamantla, representa un ejemplo de alternancia política municipal en nuestro estado, durante los tres primeros lustros del presente siglo. Alternancia consolidada la llaman los especialistas por su frecuencia: 2001 (PAN); 2004 (PRI); 2007 (PAN); 2010 (PRI); 2013 (PAN); 2016 (PRI). Por sí misma, esta particularidad de toda democracia, en este caso lo confirma el voto de los huamantlecos, ya que no premia sino que castiga al partido político en turno. PRI y PAN se han repartido el poder municipal entre el 2001 y el 2016. Deben de señalarse dos características: la fuerte resistencia del PRI marianista en el 2001 para aceptar la alternancia (frente al PAN, Alejandro Aguilar López), así como la fuerte competencia del PRD en 2013 que le llevó a tres regidurías de 7 en total. La alternancia y el pluralismo en Huamantla como componentes de la democracia municipal con sus ventajas y desventajas. El castigo en las urnas del electorado en cada elección abre la posibilidad de sancionar irregularidades y excesos en cuentas públicas de los presidentes salientes. Difícil de concretarlo por insuficiencias legales, así como por los intereses del binomio PRI – PAN en los congresos sucesivos de Tlaxcala del periodo mencionado.

Huamantla “pueblo mágico” con su historial de cerca de cinco siglos de su fundación, con tradiciones y costumbres propias y una feria anual que más que proyección turística y cultural, se le toma como un botín económico del presidente en turno. Salvo excepciones, Huamantla ha sido gobernada con perspectiva de patrimonio personal o familiar, o bien de grupo político. Aun así, se ha logrado proyectar como una ciudad relativamente segura, ordenada y con fuerte potencial turístico – cultural.

Solo dos de los tres gobiernos panistas (2001 y 2013) han buscado y logrado tener orden financiero, así como el crecimiento necesarios. Con el cabildo más grande de nuestro país, integrado por cuarenta y ocho ciudadanos: presidente, síndico, siete regidores, treinta y nueve presidentes de comunidad, así como un secretario; dificultan la toma de decisiones en su interior, pero también en lo externo debería favorecer la gobernabilidad, la tranquilidad social, el orden material y manejo financiero de manera tal que fortaleciera el objetivo del pueblo mágico.

Hoy Huamantla, como lo dijo recientemente su presidente, Jorge Sánchez Jasso, está al borde del colapso, según él por carencias financieras en materia de seguridad, cuando en realidad es una calamidad política por la ineptitud de su gobierno.

 

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Veamos algunos ejemplos que lo han llevado hoy a una solicitud de juicio político ante el congreso local, no por alguien de oposición política, sino por un militante de su partido y presidente suplente en la planilla que hoy gobierna:

En primer lugar, el voto huamantleco del primer domingo de julio del 2016 favoreció al PRI y su candidato Jorge Sánchez Jasso, quien protestó para el cargo por única vez de cuatro años y ocho meses el 01 de enero del 2017. Su cargo no se delega a nadie, ni aun siendo familiar cercano, amigo o colaborador alguno, sino que se ejerce de manera personal por quien el electorado votó y por quien juró legalmente cumplir con ese cargo. Tres años después del inicio de su gobierno, no toma las decisiones importantes, no tiene el control de la seguridad pública, no le preocupa la gobernabilidad de la cabecera municipal y sus barrios, menos de las comunidades.

Por otro lado también, las irregularidades financieras detectadas por el ente fiscalizador son tantas, muchas de ellas graves para las finanzas municipales, tales como el sobreprecio en la adquisición inicial de luminarias, posteriormente en la adquisición de patrullas y equipo para personal policial, y recientemente hasta en la compra de calentadores solares que llevan al asombro por las cantidades excesivas en su adquisición y compra, muchas veces se rebasa el cien por ciento en sobreprecio.

El solo hecho de haber cambiado hasta en tres ocasiones al tesorero (a) en menos de tres años, es síntoma de que el manejo de las finanzas locales no es el más correcto. Si se le agrega el hecho señalado por hasta dos de sus titulares que fueron obligadas a falsificar documentos oficiales, la situación se torna legalmente grave, ya que se trata de un delito cuyo castigo tendría que ser ejemplar. Agregar hechos semejantes en la primera secretaría de este ayuntamiento, así como en el área de gobernación municipal, y ni se diga en las actas de cabildo, la situación sería en extremo dañina a los intereses del municipio. Todo eso estaría por confirmarse en el proceso de juicio político ya iniciado.

Para concluir algo más grave todavía. Diariamente en Huamantla hoy, ocurren hechos graves de inseguridad a plena luz del día, enfrentamientos recientes en pleno centro histórico que terminan en robos, heridos, muertos, y ya ni se diga lo que ocurre por las tardes noches en barrios de la zona sur de la cabecera que lindan con la comunidad de Zaragoza. Nada que agregar a lo ocurrido en comunidades donde transita el ferrocarril y las fechorías de delincuentes que hacen y deshacen con la carga de ese medio de transporte. Pareciera que no hay autoridad, pero aun peor, interés de la autoridad por poner orden en esa materia. Habitantes y familias se preguntan todos los días qué va a ocurrir para que desde palacio municipal se busque ordenar la ciudad y sus comunidades. No se sorprenden ya de que diariamente ocurre algo inesperado por la inseguridad creciente, ya que también aparecen cuerpos abandonados ya sea por delitos cometidos en territorio municipal o en municipios aledaños. El sentir popular, a través de opiniones colectivas y personales es que el juicio político iniciado, debe concluir en el congreso local, en la inhabilitación del cargo del actual presidente municipal, por no ejercer la responsabilidad que los huamantlecos votaron en mayoría y que él protesto cumplir y hacer cumplir.

 

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