Esta frase se la escuché decir a un ciudadano preocupado y compungido por los altos niveles de inseguridad que están padeciendo diferentes municipios del estado de Tlaxcala. Y la explicación a esto también se la escuché decir a otro ciudadano: las cosas no mejoran porque los peores son quienes nos gobiernan y legislan.
No se necesita hacer un estudio minucioso, para darse cuenta que quienes están en el poder, sean de Morena, PAN, PRI o PRD, lo que buscan alcanzar, no sólo es el poder para ejercerlo sin las condiciones favorables para los ciudadanos, sino el manejo de recursos públicos, que al fin y al cabo es detrás de los que van todos. No les interesa resolver problemas como la inseguridad.
Cuando andaba en campaña el actual gobernador de Tlaxcala, logré entrevistarlo en su visita a una comunidad en la que realizó su evento proselitista a unos metros de donde hasta la fecha hay problemas de narco menudeo y venta de mercancía robada, ese día le pregunté como le haría para resolver estas vicisitudes y es la hora que sigo esperando la respuesta, porque hasta donde recuerdo, con la mejora salarial y equipamiento, así como las cámaras de video vigilancia se terminaría con la delincuencia, según el entonces candidato.
Me queda claro que a quienes gobiernan en el estado, en los municipios y en las comunidades no han reparado en que por lo menos deben crear unidades de vigilancia en áreas de alta criminalidad para obtener información detallada en tiempo real, logrando cooperación interinstitucional y un aumento de inteligencia estratégica en el uso e intercambio de datos. Unidades que puedan recibir el flujo de varias fuentes de información, incluyendo denuncias ciudadanas, para crear una base de datos estadística de incidentes delictivos.
Al menos con este tipo de acciones se facilitarían las investigaciones penales y judiciales. Ahora con la tecnología, se debería lograr una infraestructura de seguridad pública más inteligente mediante una estrecha integración a través de internet. Logrando mantener contacto permanente con las autoridades de seguridad para compartir información como matrículas de autos sospechosos, perfiles delictivos y patrones de comportamiento en ciertas zonas consideradas como focos rojos.
Pasando a otro tema, con la crisis ocasionada por el desabasto de combustible, a la mayoría de los mexicanos tal parece que se les ha olvidado el accidente en el que perdió la vida la gobernadora de Puebla, Marta Erika Alonso y el senador y ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle. A pesar de que se inició una investigación, hasta el momento poco se sabe de las causas que originaron la tragedia del panismo, porque aunque muchos de los integrantes de este partido no lo reconozcan, tal parece que con este lamentable suceso, no solo murió la máxima figura del PAN, sino que también el partido que en un tiempo fue la esperanza del cambio, cuando fueron protagonistas de la alternancia en el año dos mil.
El caso es que con los problemas que han aparecido por la falta de gasolina, los ciudadanos están más pendientes de esto, que de cualquier otra cosa, aunque la violencia siga siendo el pan nuestro de cada día, y con todo y que el presidente López Obrador asegure que las cosas están bien.
Retomando el caso de políticos que han sumado a sus esposas a la política, como lo hizo el ex gobernador de Puebla, tenemos ejemplos de casos desafortunados, porque cuando en la herencia del poder se pretende colocar a correligionarios o familiares en puestos clave, tanto en el ejecutivo como legislativo, estamos hablando de la creación de cotos de poder que solo sirven para crear impunidad. La experiencia y la historia misma nos han dado pruebas de ello. Basta recordar que en Iguala, Guerrero (lugar de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa) el matrimonio Abarca pretendía continuar en el poder, José Luis Abarca impulsaba a su esposa María de los Ángeles Pineda Villa como candidata a la presidencia municipal. Todos sabemos cómo terminó su vida política.
Esta costumbre que los fieles maridos han fomentado a últimas fechas, también sucedió con el ex gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, que impulsó a su esposa Maricarmen Ramírez, para que fuera candidata al gobierno del estado y aunque no prosperó dicha postulación, sí creó un precedente, que también replicó, claro con sus diferencias, el ex presidente municipal de Texoloc y actual diputado local, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes y su mamá Maribel Cervantes, a quien prácticamente le heredó la presidencia municipal.
En otros países como Argentina, la familia Kirchner gobernó, primero Néstor Carlos Kirchner entre 2003 y 2007 fue presidente de la Nación Argentina y heredó el poder a su esposa Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner, del 2007 hasta el 2015. Sin embargo los Kirchner, no son el mejor ejemplo de que eso sea lo correcto. Aunque tal parece que los políticos creen que lo mejor es dejar un sucesor siempre y cuando sea de su propia familia.