EDITORIAL

Al parecer concluyeron los informes públicos de los 60 ayuntamientos del estado, en donde los alcaldes y presidentas municipales rindieron cuentas de su actuar ante los ciudadanos, porque ante Cabildo lo hicieron en sesión ordinaria de acuerdo al mandato legal, establecido en el artículo 41 fracción XXI de la Ley Municipal del Estado de Tlaxcala que ordena presentar por escrito, a más tardar el tercer sábado del mes de diciembre de cada año, al ayuntamiento, a las comisiones de munícipes, un informe sobre la situación que guardan los diversos ramos de la administración pública municipal, de igual manera se entrega al Congreso Local, donde muchos alcaldes se sienten presionados ante la posibilidad de recibir una llamada de atención de los legisladores.

En la mayoría de los casos se vieron reflejadas cifras, obras y acciones que los munícipes realizaron durante el 2018, por supuesto se dieron a conocer los logros, más no los errores cometidos durante la administración, porque por supuesto que todos los ediles tuvieron desaciertos, pero evidentemente esos no se publican. No obstante el mejor crítico de los alcaldes es la ciudadanía, algunos medios de comunicación y ahora en las redes sociales se ventilan los deslices, resbalones, tropezones, equivocaciones, faltas, desatinos, pifias, ligerezas o como se le quiera llamar, ya que ahora ningún personaje se salva.

Aunque cabe decir que muchos de los comentarios que ahora se ventilan por las redes provienen de perfiles falsos, de detractores políticos, de la oposición o por así convenir a los intereses de “alguien” en particular; así que también se debe analizar de dónde surgen las críticas. Empero cualquiera que sea el motivo, lo cierto es que sí afecta la imagen y trabajo del servidor público en cuestión, tan es así que muchas veces alguno que otro funcionario ha tenido que salir a aclarar lo que se publica a través de estos canales.

El Gobernador y los presidentes municipales ya cumplieron, pero y ¿los presidentes de comunidad cuándo harán lo propio? Sobre todo porque en algunos barrios, delegaciones y/o comunidades existe descontento e inconformidad con sus primeras autoridades, quienes en su mayoría actúan en la opacidad, falta de trabajo concreto y nula respuesta a las demandas ciudadanas. Ojalá que también se les exija que rindan cuentas públicas, porque estos servidores públicos manejan recursos provenientes del erario y no es justo ni ético que los habitantes desconozcan en qué se gastaron esos capitales.

En otro tema, comienza el destape de posibles candidatos a los puestos de elección que se contenderán en el 2021; faltan dos años para que dé inicio el proceso electoral donde se renovarán las presidencias de comunidad, municipales, diputados locales y el gobernador; sin embargo ya comienzan a moverse los hilos y uno que otro personaje empieza a atraer focos para visualizarse como un posible aspirante; porque como bien se dice en el argot político, quien se mueve ya no sale en la foto, pero también se dice que en política nada está escrito y cualquier posible preferencia podría cambiar de un momento a otro. Así que aunque son tiempos muy anticipados, para la “grande” en Tlaxcala ya existen varios posibles candidatos y candidatas, pero tal parece que en esa ocasión la lucha estará entre mujeres y es muy probable que el próximo gobierno de Tlaxcala lo encabece una mujer, lo cual no estaría mal.

Con la reciente visita de Ricardo Monreal al estado, de forma repetitiva dijo que la actual senadora por Morena, Ana Lilia Rivera podría ser una posible candidata a la gubernatura, toda vez que el presidente AMLO le tiene un especial aprecio. De ser así, tendría que contender con Lorena Cuéllar para obtener la candidatura.

En otros partidos se escuchan los nombres de Anabel Ávalos, actual alcaldesa de Tlaxcala, nuevamente quiere repetir Adriana Dávila y Minerva Hernández. Entre los nombres masculinos está Juan Carlos Sánchez García, quien de hecho ya comenzó a hacer presencia entre grupos panistas y ciudadanos para invitarlos a sumarse a su proyecto; también está Joel Molina quien tampoco descartó la posibilidad de buscar la candidatura.

De seguir con esas preferencias y simpatías hacia el líder moral del partido a nivel nacional y actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es casi seguro que quien llegue a ser el candidato de Morena a la gubernatura, sea el triunfador de los próximos comicios. Quizá esta fórmula no se repita en las presidencias municipales ni en el Congreso del Estado, ya que tanto los legisladores como los alcaldes han dejado mucho qué desear en su actuación, sin importar el partido que los haya postulado, por lo cual es muy probable que impere más la persona que el partido.

Así que solo resta esperar los tiempos, aunque por supuesto comienzan a moverse las piezas del ajedrez político en Tlaxcala.

Relacionados

Pin It on Pinterest