Qué vergüenza

Jamás me hubiera imaginado las cosas que estoy escuchando y observando en redes sociales, sobre quienes nos representan en el gobierno del pueblo mágico. Simplemente no puede ser que esté sucediendo un escándalo tras otro. Un día es mi comadre la síndico municipal que le echa bronca al edil en pleno Cabildo, otro día son los presidentes de comunidad que después se arrepienten y con la cola entre las patas le piden disculpas. Otro día es el ex director de la Comisión de Agua Potable, que según me dicen, debido a que casi casi está señil asegura que se alteran las facturas en esta dependencia. Otro día sale la ignorante amadidtittita a echarle tierra al seriamente comprometido, para que ahora un ex policía haga señalamientos gravísimos en contra de la pareja presidencial, y todo por la culpa de los males de amores de la jueza municipal, que según me cuentan mis comadres de la policía municipal, cambia de novio como quien cambia de listón, y este es el origen del escándalo que circula en redes sociales en contra del gobierno local.

Todo por el despecho y desamor de tres servidores públicos enredados y ante la falta de madurez, piensan con las patas, como diría mi comadre Alegunda. Y es que para nadie es un secreto que la jueza era pareja de un empleado de la administración municipal, del cual se separó para tener una relación con el ex policía despedido, que salió a echarle veneno al señor de los mil compromisos. Pero lo que sí es el colmo de los colmos y que el seriamente comprometido todavía tenga el ánimo de reconocer, es que uno de sus achichincles se haya fotografiado teniendo posiblemente relaciones sexuales con otra persona en las oficinas públicas. Ah, pero como según el jefe de jefes, no ocurrió en esta administración no es tan grave, y sólo amerito un regaño al empleadillo de marras, que demuestra que esa es la prueba más fehaciente de lo que se entreteje al interior de la administración municipal.

 

 

Mientras los pobres ciudadanos y ciudadanas lidiamos con todos los problemas habidos y por haber en el pueblo mágico, hay quienes se regodean al interior de las instituciones para pisotearlas y las consecuencias son solamente una llamada de atención. Qué vergüenza. Tal parece que el jefe de jefes no se ha dado cuenta que su grupo de jóvenes, como los llamaba en campaña, son quienes lo están llevando al precipicio.

Probablemente sus servidora jamás se hubiera enterado de esta situación si no es gracias a las redes sociales, pues mientras me encontraba impartiendo cátedra en el salón de clases, algunos de mis alumnos, se reían abundantemente, y yo sin imaginar que se trataba de la foto de un sujeto que aparece con medio torso descubierto en clara pose estúpida de insinuación sexual. Mis alumnos no se esperaron y me lo comentaron, pues como saben que soy originaria del pueblo mágico, no dejaron pasar más tiempo y tuvimos que comentar en la clase de teoría política, lo que este tipo de escándalos causan a los involucrados. No entraré en más detalles no por temor sino simplemente porque cada día me sorprende encontrar cosas negativas en mi ciudad, que auguran un panorama cada vez más obscuro.

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